Miércoles I

Laudes

Por la mañana

SALUDO INICIAL

V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamara tu alabanza.

  • HIMNO

  • SALMODIA

Ant. 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.

Salmo 35

El malvado escucha en su interior un oráculo del pecado:
"No tengo miedo a Dios, ni en su presencia."
Porque se hace la ilusión de que su culpa no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino, no rechaza la maldad.

Señor, tu misericordia llega hasta el cielo, tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tu socorres a los hombres y animales;
¡que inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a las sombras de tus alas.

Se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das de beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz.

Prolongas tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche afuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores; derribados, no se puede levantar.

Ant. 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz

Ant. 2. Señor, tú eres grande tu fuerza es invencibles.

Cántico
Jdt. 16, 2-3. 15 -19

¡Alabad al Señor con tambores, elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
¡ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.

Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste, nada puede resistir a tu voz.

Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tus presencias se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.

Ant. 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza esa invencible

Ant. 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.

Salmo 46

Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilos;
porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra.
Él nos somete los pueblos y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió como heredad suya: gloria a Jacob, su amado.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas;
tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo: tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra, y él es excelso.

Ant. 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilos.

LECTURA BREVE
(Tb. 4,16-17. 19-20)

No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a buen fin todas tus sendas y proyectos.

RESPONSORIO BREVE

V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tus palabras.
R. Mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza

PRECES

Demos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados:

Santifica, Señor, a tus hermanos.

- Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor a tu resurrección haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean agradables.
- Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos, sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a los ojos del mundo.
- Tu que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el nuevo dia, signo de tu amor, renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.
- Haz que durante este dia estemos en paz con todo el mundo y que a nadie devolvamos mal por mal.

(Se pueden añadir algunas intenciones libres).

Tal como Cristo nos enseño, terminemos nuestra oración diciendo: Padre nuestro...

ORACION

Señor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos nacido en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo. Amén.

CONCLUSION

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

Vísperas

Por la noche

SALUDO INICIAL:

V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

  • HIMNO

  • SALMODIA

Ant. 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿ a quién temeré?

Salmo 26 (I)

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos,
enemigos y adversarios, tropiezan y caen.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra, me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa de Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo.

Él me protegerá en su tienda en el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
Y así levantaré la cabeza sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor

Ant. 1. El Señor es mi luz u mi salvación ¿ a quién temeré?

Ant. 2. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.

(II)

Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: "Buscad mi rostro".
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.
No me rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.

Si mi padre y mi mare me abandonan, el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.

No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia,
espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

Ant. 2. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.

Ant. 3. Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.

Cántico
Col. 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso Dios que reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz con todos los seres,
así el cielo como de la tierra.

Ant. 3. Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.

LECTURA BREVE
(St. 1,22.25)

Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismo. El que se concentra en el estudio de la ley perfecta (la que hace libre) y es constante no como oyente olvidadizo, sino para ponerla por obra, éste encontrará la felicidad en practicarla.

RESPONSORIO BREVE

V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.

CANTICO EVANGELICO

Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.

PRECES

Oremos, hermanos, a Dios Padre, que en su amor nos mira como hijos, y digámosle:

Muéstranos, Señor, la abundancia de tu amor.

- Acuérdate, Señor, de tu Iglesia: guárdala de todo mal y haz que crezca en tu amor.
- Que todos los pueblos, Señor, te reconozcan como al único Dios verdadero, y a Jesucristo como al Salvador que tú has enviado.
- A nuestros parientes y bienhechores concédeles tus bienes, y que tu bondad les dé la vida eterna.
- Te pedimos, Señor, por los trabajadores que sufren: alivia sus dificultades, y haz que todos los hombres reconozcan su dignidad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

En tu misericordia acoge a los que hoy han muerto y dales posesión de tu reino.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos a nuestro Padre común: Padre Nuestro...

ORACION

Escucha, Señor, nuestras súplicas y protégenos durante el día y durante la noche: tú eres siempre inmutable, da firmeza a los que vivimos sujetos a la sucesión de los tiempos y de las horas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén