Martes III

Laudes

Oración de la mañana

SALUDO INICIAL

V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

  • HIMNO

  • SALMODIA

Ant. 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Salmo 84

Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo, has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios, salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas ha estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo?.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón."

La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besa;
la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos.

Ant. 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Ant. 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Cántico
Is. 26, 1-4. 7-9. 12

Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti.
Confíad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua:
la senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor,
te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo.

Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas nos las realizas tú.

Ant. 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Ant. 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

Salmo 66

El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.

Ant. 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

LECTURA BREVE
(I° Jn. 4, 14 -15)

Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.

RESPONSORIO BREVE

V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.

PRECES

Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes:

Acuérdate, Señor, de tu pueblo.

- Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, y haz que no deje nunca de glorificarte.
- Que nunca, Señor, quedemos confundidos, los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
- Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, ya que sin ti nada podemos hacer. Acuérdate de los pobres y desvalidos; que este día que comienza les traiga solaz y alegría.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro.

ORACION

Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado; has que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

Vísperas

Oración de la tarde

SALUDO INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

  • HIMNO

  • SALMODIA

Ant. 1. El Señor rodea a su pueblo.

Salmo 124

Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiemblan, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.

No pesará el cetro de los malvados sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel!

Ant. 1. El Señor rodea a su pueblo.

Ant. 2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Salmo 130

Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.

Ant. 2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Ant. 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Cántico
Ap. 4, 11; 5,9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos
porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Dignos es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Ant. 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

LECTURA BREVE
(Rm. 12, 9 -12)

Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto a caridad fraterna, amos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

RESPONSORIO BREVE

V. Tu palabra; Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra; Señor, es eterna, más estable que el cielo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

PRECES

Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:

Escúchanos, Señor.

- Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu Hijo; haz que por él crezcamos en todo conocimiento.
- En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar.
- Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti procede, haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
- Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tú que nos has prometido la resurrección en el último día, no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.

Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro...

ORACION

Nuestra oración vespertinas suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.