Elabora tu horario de trabajo

A. Aspectos claves en una buena planificación del tiempo.

En toda planificación del tiempo dedicado al estudio se consideran generalmente cinco aspectos básicos. Debe ser:

a) Realista en dos sentidos: primero, en cuanto a tus aptitudes, tus deficiencias, tu edad, tus necesidades de jugar y de divertirte, y segundo, en cuanto a que el plan de trabajo lo vas a cumplir cada día con tesón y esfuerzo. Es decir, que no va a ser algo que queda muy bien en teoría, pero no cumples en la práctica. Un ejemplo claro de planificación realista y al mismo tiempo personal sería el de un estudiante hiperactivo de diez años de edad que necesita estudiar sólo durante períodos muy cortos de tiempo porque su sistema nervioso no le permita mantener la concentración durante más de quince o veinte minutos, y después hacer otra cosa o descansar un poco.

b) Personal, es decir, elaborado por ti mismo, aunque te sirvan de ayuda los consejos de tus padres y profesores. La planificación personal significa también, como es natural, que debes adaptarla a las dificultades que entrañe para ti cada asignatura, a tus aptitudes intelectuales, a tu nivel de rendimiento, etc. Por ejemplo, si la asignatura de lengua es para ti pan comido, mientras que las matemáticas son un hueso duro de roer, la planificación personal bien hecha debe asignar más tiempo al trabajo personal sobre matemáticas, al trabajo en grupo y a las preguntas continuas al profesor y a las personas que puedan aclarar tus dudas en esta materia.

c) Flexible, lo cual no significa que cuando te venga en gana encuentres una excuse para dejar el estudio para el día siguiente. Un plan flexible es el que incluye tiempos de reserva que puedes emplear, en el caso de que hayan surgido imprevistos. Por ejemplo, has tenido que marchar con tus padres un fin de semana y no te ha sido posible repasar una lección y hacer unos ejercicios. Entonces te diviertes durante el fin de semana y el domingo, por la tarde-noche que normalmente no estudias, lo dedicas ahora excepcionalmente a terminar tus trabajos para tenerlos a punto el lunes por la mañana.

d) Revisable. Debes ser sincero contigo mismo y corregir, cuando sea necesario, aquello que no funcione bien en el plan de trabajo personal que te has trazado.

e) Por escrito y entre tus ojos, cerca de la mesa de estudio. El plan de estudio debe ser algo muy concreto y puntual que te obligue a ser exigente contigo mismo. Por eso debes escribirlo y atenerte fielmente a él.


B. Variables a tener en cuenta para asignar racionalmente, el tiempo a cada asignatura.

a) Grado de dificultad que entraña cada asignatura para ti en concreto: para averiguarlo pueden servirte los resultados obtenidos en el curso anterior, tu propia experiencia y la opinión de tus profesores y de tus padres. La dificultad puede ser: mucha, bastante, normal, poca y mínima.

b) Aptitud o capacidad real que tienes para cada asignatura: los resultados obtenidos en cursos anteriores pueden servirte de referencia si has sido un estudiante trabajador y esforzado. De no ser así, debes guiarte por el juicio del profesor y por tu propia experiencia de las pocas veces que hayas puesto interés y atención en clases para ver si tu capacidad intelectual es muy alta, media, media baja, limitada.

c) La actitud es lo mismo que el interés y el esfuerzo que demuestras en cada asignatura. Puede ser muy positiva, positiva, poco esforzada. Indiferente, pasiva, negativa.

d) Nivel de exigencia del profesor: Puede ser excesivo, muy grande, grande, normal, escaso. Puedes averiguarlo por otros estudiantes y por ti mismo.

e) Metas o expectativas que pretendes. Aspiras a obtener unos resultados de sobresaliente, notable, bien, suficiente.

f) Tiempo asignado. Para calibrar bien el tiempo que debes asignar a cada asignatura, teniendo como meta unos resultados concretos, debes conjugar perfectamente todas las variables que terminamos de exponer, sin olvidar que el tiempo trabajo personal en casa no debe exceder de tres horas.


Tomado de la Lista "Hacer Familia"