Castidad y fecundidad

1. ¿Cómo se relacionan el matrimonio y la familia?

El matrimonio es el fundamento de una comunidad de amor más amplia que es la familia. El matrimonio y el amor conyugal son el cauce natural para la procreación y la educación de los hijos. Éstos son la coronación y plenitud del matrimonio.

2. ¿El matrimonio es sólo para el bien de los esposos?

El amor matrimonial, que hace de los esposos "una sola carne", es un gran bien para ellos, pero Dios les reserva bienes aún mayores en los hijos, que son el fruto preciosísimo de su amor. El amor conyugal confiere a los esposos la gran dignidad de ser "cooperadores de Dios" al transmitir la vida.

3. ¿Cuál es la dignidad de la procreación?

La facultad de engendrar es una participación de los esposos en el poder creador de Dios. Dios los llama a colaborar con Él en la creación de cada nueva vida que viene al mundo. Así como llamamos a Dios Padre nuestro con sentido pleno porque a Él le debemos el don de la vida, igualmente llamamos padres a quienes nos han engendrado.

4. ¿Qué significado tiene la presencia de los hijos, en cualquier matrimonio?

Los hijos son signo viviente del amor de los esposos, porque la autenticidad del amor conyugal lleva consigo que su mutua entrega esté abierta a la transmisión de la vida. También son un don excelente de Dios, que manifiesta así su bendición al amor de los esposos.

5. ¿Qué responsabilidad tienen los padres ante Dios por sus hijos?

Cada hijo supone una gran responsabilidad de los padres porque deberán colaborar con Dios en la tarea de hacerlos no sólo buenos ciudadanos en la tierra, sino también ciudadanos del Cielo. Esto también se aplica a los hijos engendrados fuera del matrimonio, respecto los cuales los padres tienen graves obligaciones de justicia.

6. ¿Qué es la castidad matrimonial?

La castidad matrimonial consiste en el recto uso de la sexualidad en el matrimonio. Es una virtud que ayuda a conservar la juventud del amor en cualquier etapa de la vida. No existe un amor humano auténtico si los esposos no respetan el misterio de la sexualidad y lo orientan hacia la fecundidad y la mutua entrega. Cuando la sexualidad se pervierte, la intimidad se destroza y los esposos desvirtúan y. degradan las manifestaciones más íntimas de su amor.

7. ¿Qué es la paternidad responsable?

Los padres conscientes de su gran responsabilidad ante Dios y ante la sociedad, deben decidir en conciencia el número de hijos que pueden tener y educar según sus circunstancias personales. En muchos casos, esta decisión les llevará a planificar su familia con generosidad, porque pueden mantener y sacar adelante una familia numerosa, y en otras a limitarla por motivos graves e importantes: económicos, de salud, etc.

8. ¿Qué deben hacer los matrimonios que temen tener más hijos?

Los esposos que temen tener más hijos deben examinar en la presencia de Dios los motivos de ese temor. Puede haber circunstancias en que un nuevo hijo sea peligroso para la salud de la madre, o motivo de dificultades económicas, etc., que hagan aconsejable distanciar o incluso evitar definitivamente un nuevo embarazo. Pero también deben estar atentos para que en sus vidas no se introduzca la comodidad o el egoísmo, que terminarían afectando gravemente el amor de su matrimonio e incluso su estabilidad. Nunca deben olvidar que el mayor bien para los esposos, junto con la fidelidad, es transmitir la vida y los demás valores humanos y cristianos.

9. ¿Qué deben hacer los esposos cuando en conciencia, y fruto de una prudente valoración, estiman que deben distanciar temporal o definitivamente los hijos?

Por motivos graves los esposos pueden abstenerse de tener relaciones sexuales durante los días fértiles del ciclo femenino. En la actualidad, estos días se pueden saber con gran precisión usando los métodos de control natural de la ovulación que toda mujer puede y debe conocer.

La abstinencia periódica de relaciones sexuales es natural en todo matrimonio y a veces viene dada por las mismas circunstancias de la vida: trabajo exigente, enfermedades, viajes, afanes comunes en la educación de los hijos, etc.

10. Para una persona honesta ¿cuáles son los modos inaceptables del control de la fertilidad?

Son aquellos métodos que artificialmente privan al acto conyugal de la posibilidad de ser fecundo, como la esterilización anticonceptiva, el uso de aparatos intrauterinos, sustancias espermicidas, píldoras anticonceptivas, preservativos, etc. La enseñanza de la Iglesia ha sido siempre que los actos propios de los esposos deben estar "abiertos a la vida".Particular gravedad tiene el crimen del aborto, donde las personas responsables de cuidar al niño (la madre, los médicos, la autoridad pública) son quienes le privan de la vida.

11. ¿Los esposos pueden usar estos métodos antinaturales para evitar los hijos?

Esos métodos antinaturales para evitar los hijos son objetivamente contrarios al plan de Dios. Aunque existan graves motivos para evitar un nuevo nacimiento, los esposos que recurren a estos métodos antinaturales para evitar los hijos ofenden gravemente a Dios.

12. ¿Por qué es una ofensa a Dios usar los métodos anticonceptivos artificiales?

Los actos conyugales son, por querer de Dios, el modo de expresar el amor de los esposos y a la vez cauce para transmitir la vida. Es antinatural separar estos fines propios del acto conyugal, desvirtuándolo, que es precisamente la acción propia de esos procedimientos anticonceptivos.

Por eso, tan ilícito es buscar la unión de los esposos suprimiendo artificialmente la fertilidad, como lograr la fertilidad artificialmente -mediante la fecundación in vitro, por ejemplo-, evitando la unión de los esposos.

13. ¿Qué diferencia hay entre practicar la anticoncepción por métodos artificiales o practicar la abstinencia de relaciones en los días fértiles?

No es lo mismo. La diferencia está en que, cuando los esposos se abstienen de tener relaciones en días fértiles, respetan lícitamente los ritmos de fertilidad que Dios mismo ha creado naturalmente en la mujer. En cambio, en la anticoncepción se abusa de la sexualidad destruyendo la fertilidad masculina o femenina, y desvirtuando el acto conyugal al separar su significado amoroso de su significado procreador.

14. ¿Por qué, a algunas personas, les parecen excesivas las exigencias de la moral conyugal?

Dios no pide imposibles. El plan divino, tanto para la vida cristiana como para toda vida verdaderamente humana, tiene una gran elevación moral que suele ser desconocida en ambientes materialistas donde se busca exclusivamente el bienestar. La Iglesia constantemente exhorta a todos a vivir la vida de los hijos de Dios, y a superar con la ayuda de la gracia las dificultades que se puedan presentar.

15. ¿Cómo hacer para vivir digna y cristianamente la vida matrimonial y familiar?

Los esposos cristianos deben saber que siempre cuentan con la ayuda de Dios. Deben esforzarse por conocer la doctrina cristiana y formar su conciencia con criterios morales firmes. Y deben acudir a la oración y a los sacramentos para fortalecer su voluntad y poder vivir las exigencias de su vida matrimonial.

16. ¿Cómo explicar estos planteamientos a quienes no los entienden?

A estas personas hay que recordarles que en estos planteamientos sobre la vida familiar y matrimonial está la clave de la verdadera felicidad en su hogar. La verdad nos hace libres y felices. El orden moral revelado por Dios nunca es algo mortificante ni angustioso, sino que es una gran propuesta del Creador, que la Iglesia transmite a los hombres de todos los tiempos, para que puedan vivir de modo acorde con su dignidad.

17. ¿Qué pueden hacer los esposos cristianos en favor de otras familias?

Los esposos cristianos pueden ayudar mucho a otras familias si, junto al testimonio vivo de su propio hogar, difunden los argumentos humanos y sobrenaturales sobre la estabilidad del matrimonio y la paternidad responsable como el fundamento necesario para la felicidad de toda la familia.


CATECISMO DE LA FAMILIA
Y DEL MATRIMONIO

Padres Fernando Castro y Jaime Molina