Sobre el joven con fobia escolar

La fobia a la escuela puede provocar dolores de estómago, diarreas, cefaleas o jaquecas, náuseas, etc. Esto no es novedad. Lo que hay que analizar es la causa de ello. Uds. dirán cómo, ¿no dice que la fobia es a la escuela? Sí, es lo que digo pero debemos saber si es : 1) al edificio, 2) a las personas, dentro de lo cual debemos distinguir personal docente, alumnado, administrativos o de mantenimiento, 3) contenidos o exigencias o alguno de estos y en relación con alguna asignatura en particular , 4) exigencias familiares o paternas en relación a la escuela, y 5) trayecto hacia y o desde la escuela.

Digamos, primeramente, que la palabra fobia hace referencia a un miedo incontrolable. Por tanto la persona reconoce ese miedo pero no puede vencerlo por sus propios medios.

Ahora, y sin ánimo de desglosar demasiado, me parece importante tratar de determinar si los síntomas comienzan desde el hogar, al hacer las tareas, cuando se está terminando el fin de semana y comienzan los preparativos para el día siguiente. Si esto sigue al llegar al colegio, va disminuyendo hasta desaparecer allí, para comenzar nuevamente en el hogar. Creería que si es así podría deberse a exigencias de perfección, padres o familia que piden al joven más de lo debido para su edad, año escolar cursado y aspiraciones o gustos personales. Vg: Padres medalla de oro en la universidad, exigen igual rendimiento para seguir su misma trayectoria.

Aclaro que hablo de exigencia desmedida, no de exigencia o desafíos normales para su edad, condición y capacidad.

Si los síntomas se dan en el trayecto, pero se alivian al llegar al colegio, puede haber algo que no haya contado y que le haya ocurrido y que lo hace aterrorizar cada vez. Allí es importante indagar con mucho tacto, pero sobre todo con mucha contención y afecto. Vg. Abuso sexual, acoso de grupos violentos

Si los síntomas comienzan en el trayecto, aumentan en la escuela y se van agravando allí, entonces probablemente esté relacionado con las exigencias. Pero también puede estar relacionado con un grupo de presión de su edad, o mayores que estén exigiéndole que realice algo que está contra sus principios o los de las autoridades (padres o directivos o ambos) pero no puede decirlo por temor a represalias. Ej. Robar, consumir drogas o alcohol como ritual de ingreso a cierto círculo. También puede tener que ver con fobias a los espacios abiertos o cerrados. Ej. Agorafobia (a lugares abiertos o amplios), claustrofobia (a lugares cerrados).

Ésta es una problemática difícil de tratar a distancia, de todos modos a pesar de no haber agotado el tema ni mucho menos, espero haberles sido de utilidad, quedando a su entera disposición.

FOBIAS EN UN JOVEN DE 15 AÑOS (2da. Parte)

Consultando algunos autores con respecto a los caracteres normales de esta etapa evolutiva y lo que se podría hacer con respecto a la fobia escolar provocada probablemente por las excesivas demandas familiares, trataremos de conocer los elementos de esta edad para poder ayudar en concreto a este joven. Esta edad corresponde a la Pubertad, etapa en la que se consolidan los cambio físicos de la prepubertad, se completa la maduración sexual y comienza una serie de cambios psico-espirituales dignos de destacarse.

Oigamos a Remplein: ' Este se enriquece con una multitud de nuevas emociones: el querer ser mayor...., el afán de poseer un criterio independiente con respecto a los valores tradicionales, la tendencia a reflexionar sobre sí mismo y a la autocrítica, el afán de manifestarse a sí mismo, la aspiración a los valores propios, la admiración por ciertas personas ejemplares, el impulso de aislarse junto al afán de solidaridad, la necesidad psíquica de hallar un complemento....La distancia del yo ante el mundo y el volverse a lo intimo, hacia la propia persona, sirve para la formación de una personalidad profundamente espiritual, a lo cual contribuye también la búsqueda de personas ejemplares y el deseo de ser comprendido.'1 (pág 547)

Por supuesto que todos estos cambios y búsquedas no se dan sin acarrearle al joven conflictos íntimos entre valores e impulsos, y con el mundo adulto, que pretende seguir manteniendo su autoridad. Digamos entonces que este tipo de conflictos son parte de la normalidad de esta etapa de crecimiento y madurez cultural.

En esta etapa el joven elige entre los adultos que lo rodean a quien pueda ayudarlo en su crecimiento interno, se le ha dado en llamar garante ético, rara vez será el padre o la madre. Dice Remplein al respecto: la gran tarea educadora de tales garantes ético es impedir la formación de inhibiciones y neurosis gracias al esclarecimiento de los conflictos, así como desahogarse las tensiones endopsíquicas, poner orden espiritual en la vida psíquica del joven, haciéndole consciente de los motivos que provocan las dificultades correspondientes y en fin, contribuir con todo esto a formar una existencia feliz y llena de sentido. 2 (548)

Circunscribiéndonos ahora a nuestro joven en particular: el tratamiento debe enfocarse desde el punto de vista de las relaciones y a través de ellas tratar de disminuir los síntomas. En primer lugar y por lo visto anteriormente, es importante determinar alguna persona adulta de su confianza que oficie de garante ético y descomprima sus angustias y que medie entre el joven y sus padres. A su vez participar a los a los padres de la preocupación por parte de la escuela de lo que el joven está sufriendo, haciéndoles ver todo lo maravilloso que tiene esta etapa preparatoria de la adultez, donde por primera vez el joven ve con claridad el futuro como prolongación del presente, es decir, comienza a desarrollarse la esperanza. De la visión del mundo que se le transmita dependerá en gran parte su propia proyección.

Hablarles de lo importante para el crecimiento que es el replantearse los valores transmitidos por sus padres, de modo de reelaborarlos y asumirlos en forma independiente y personal. Las exigencias son fundamentales para el fortalecimiento de la propia persona y para conocer el alcance de sus propias fuerzas, pero cuando son desmedidas o nacen de las comparaciones pueden generar rebeldía o denigración de la autoestima, ya algo dañada en esta etapa de conflictos. Debido a que a veces se ve a través de sus ideales, crece su autoimagen esto lo impulsa a luchar, pero cuando se ve a través de comparaciones con su garante cae en un estado de desesperación ,lo que lo hace proclive a estados de ánimo depresivos, con los peligros que ello implica. El secreto está en revalorizar a ese joven como persona única e irrepetible, incomparable, con necesidades y aspiraciones propias.

Ante todo y sobre todo, ya para terminar, ver en esta etapa maravillosa de la vida el momento de l despertar de las fuerzas espirituales, psíquicas, éticas que son el inicio de la maduración plena. Creo que el diálogo amoroso,atento, comprensivo y contenedor de los padres, que son esos y no otros, puede lograr una mejora a corto plazo.

Espero poder ser de ayuda en este caso particular.

Por la Lic. Viviana Nasif de Cattaneo