Segundo Día de la Novena a San Antonio María Claret

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Oración preparatoria para todos los días

Señor Dios nuestro, que en los designios de vuestra bondad adorable predestinasteis a San Antonio María Claret para el ministerio apostólico de la salvación de las almas y le previnisteis con especiales dones de gracia, a fin de que fuera dechado de santidad en los distintos estados de la vida cristiana. Yo os alabo y doy gracias por los tesoros de virtud que depositasteis en su alma, sobre todo aquel espíritu de caridad con que acogía a cuantos recurrían a él en sus necesidades espirituales y temporales. Concededme la gracia de saber seguir sus ejemplos e imitar sus virtudes, y especialmente la que vengo a pediros en esta Novena mediante su poderosa intercesión ante Vos. Os la pido también por el Corazón Inmaculado de María, de cuyas glorias y misericordia le hicisteis apóstol predilecto. Amén.

Meditación del segundo día

San Antonio María fue en toda su vida modelo perfectísimo del trabajo cristianamente aceptado y cumplido. Ya de niño, sus padres le pusieron en el telar, para ayudar a las necesidades de la casa. Antonio se entregó a las labores textiles con todo empeño, mostrando en ellas extraordinarias habilidades y acompañando el trabajo con la práctica de la piedad y el rezo del santo Rosario. Joven, fue a los grandes centros fabriles de Barcelona, donde con su constante laboriosidad ganó la confianza de todos y los primeros puestos en el arte. Seminarista, alternaba la oración y el estudio. Sacerdote, fue infatigable misionero, recorriendo a pie los pueblos, predicando innumerables sermones, dando largas horas al confesionario, robando al sueño la mayor parte de la noche, que dedicaba a la oración, al estudio, a la composición de innumerables libros y opúsculos. Sólo por su trabajo extraordinario y asiduo pueden explicarse las portentosas obras y empresas que realizó en su vida. Para él, el trabajo, acompañado siempre de la oración, fue alimento de su vida espiritual, medio de apostolado, contribución a la obra redentora de Cristo. Así debe serlo para el cristiano.

Invocación del segundo día

¡Oh glorioso San Antonio María, que joven artesano, supiste huir los peligros del mundo, y en la práctica de la piedad y en la aplicación al trabajo cotidiano encontraste el medio de santificar el alma y conservar puro y fuerte el cuerpo! Enséñanos a comprender la virtud santificadora del trabajo cristianamente cumplido, y alcánzanos la gracia de que a tu imitación sepamos santificar nuestra vida en la práctica de las obligaciones de nuestro estado. Amén.

Invocaciones para todos los días

1. Glorioso San Antonio María, confesor y Obispo de la Iglesia: alcánzanos tu amor a la Iglesia santa y una fidelidad inquebrantable a todas sus enseñanzas y preceptos. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

2. Glorioso San Antonio María, Apóstol de la Santísima Virgen: alcánzanos tu devoción a su Inmaculado Corazón, y mediante ella la salvación de nuestras almas. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

3. Glorioso San Antonio María, ilustre Fundador de Congregaciones religiosas: alcánzanos un ardiente amor a Jesús, para seguir sus pasos hasta la cumbre de la perfección cristiana. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oración final para todos los días

V. Ruega por nosotros, San Antonio María.

R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Señor Dios, que adornasteis con virtudes apostólicas a vuestro bienaventurado Confesor y Pontífice Antonio María, y por su medio reunisteis en la Iglesia nuevas familias de clérigos y de vírgenes: os suplicamos nos concedáis que, instruidos con sus saludables enseñanzas y confortados con sus ejemplos, podamos felizmente llegar a Vos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo