Primer Día de la Novena a San Antonio María Claret

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Oración preparatoria para todos los días

Señor Dios nuestro, que en los designios de vuestra bondad adorable predestinasteis a San Antonio María Claret para el ministerio apostólico de la salvación de las almas y le previnisteis con especiales dones de gracia, a fin de que fuera dechado de santidad en los distintos estados de la vida cristiana. Yo os alabo y doy gracias por los tesoros de virtud que depositasteis en su alma, sobre todo aquel espíritu de caridad con que acogía a cuantos recurrían a él en sus necesidades espirituales y temporales. Concededme la gracia de saber seguir sus ejemplos e imitar sus virtudes, y especialmente la que vengo a pediros en esta Novena mediante su poderosa intercesión ante Vos. Os la pido también por el Corazón Inmaculado de María, de cuyas glorias y misericordia le hicisteis apóstol predilecto. Amén.

Meditación del primer día

Considera los admirables ejemplos de virtud que desde su más tierna infancia da San Antonio María Claret. Nace en Sallent de unos padres cristianos, modestos tejedores, que se distinguían más por sus virtudes cristianas que por su fortuna. De ellos aprende el santo temor de Dios, la piedad y un espíritu de fe viva que le hace pensar con frecuencia en la eternidad y en la desgracia de los condenados. Distínguese por su modestia, por su obediencia y sobre todo por su inocencia, que él cultiva con una tierna devoción a la Santísima Virgen y a la divina Eucaristía. En medio de sus juegos infantiles sentía interiormente una voz que le llamaba; y obediente a ella, acudía al templo a los pies de la imagen de María o del sagrario. Así santificó su infancia y conservó intacta la inocencia bautismal.

Invocación del primer día

¡Oh glorioso Antonio María, que, prevenido con bendiciones de dulzura, consagraste al Señor tu inocencia, que después guardaste incólume por toda la vida! Infúndenos amor ferviente a la gracia de Dios, para que la guardemos celosamente como el más grande de los tesoros, y la recobremos inmediatamente si alguna vez tuviéramos la desgracia de perderla.

Invocaciones para todos los días

1. Glorioso San Antonio María, confesor y Obispo de la Iglesia: alcánzanos tu amor a la Iglesia santa y una fidelidad inquebrantable a todas sus enseñanzas y preceptos. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

2. Glorioso San Antonio María, Apóstol de la Santísima Virgen: alcánzanos tu devoción a su Inmaculado Corazón, y mediante ella la salvación de nuestras almas. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

3. Glorioso San Antonio María, ilustre Fundador de Congregaciones religiosas: alcánzanos un ardiente amor a Jesús, para seguir sus pasos hasta la cumbre de la perfección cristiana. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oración final para todos los días

V. Ruega por nosotros, San Antonio María.

R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Señor Dios, que adornasteis con virtudes apostólicas a vuestro bienaventurado Confesor y Pontífice Antonio María, y por su medio reunisteis en la Iglesia nuevas familias de clérigos y de vírgenes: os suplicamos nos concedáis que, instruidos con sus saludables enseñanzas y confortados con sus ejemplos, podamos felizmente llegar a Vos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo