Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales

Autoridades

Presidente
Arzobispo Claudio Maria Celli

Secretario
...

¿Qué es?

El 30 de enero de 1948, con Carta Prot. N. 153.561, de la Secretaría de Estado de Su Santidad, era instituida la Pontificia Comisión de Consultoría y de revisión Eclesiásticas de las películas en materia religiosa o moral; al mismo tiempo era nombrado Presidente S.E. Mons. Martin John O’Connor, y como Miembros, Mons. Mauricio Raffa, encargado de la Sagrada Congregación del Concilio; Mons. Ferdinando Prosperini, representante de la Oficina Catholique International du Cinematographe, y secretario provisorio de la nueva Comisión; el Sr. Giacomo Ibert; y el Arq. Ildo Avetta.

El 17 de septiembre de 1948 el Santo Padre Pío XII aprobó el Estatuto de la nueva Oficina de la Curia Romana, al cual fue dado el nombre de Pontificia Comisión para la Cinematografía didáctica y religiosa.

Era necesario un don de clarividencia para prever que esta minúscula oficina, compuesta por un Presidente y cuatro Miembros, a los cuales fue asignada como sede una sola recámara en el Palacio de San Carlos en la Ciudad del Vaticano, en los ambientes aún ocupados por el amplísimo archivo de la Oficina de Informaciones del periodo de la guerra, iniciase una nueva página de la historia de la actividad pastoral y cultural de la Iglesia. Hoy recordando tal modesto evento, lo hemos confirmado.

La Pontificia Comisión para la Cinematografía didáctica y religiosa, examinada la complejidad de los problemas educativos y pastorales de la naciente era audiovisual, constató prontamente –y lo hizo presente a Mons. Giovanni Battista Montini, entonces Sustituto de la Secretaría de Estado de Su Santidad, por medio de su Presidente Mons. Martín J. O’Connor- que, para ser pastoralmente útil, la Comisión misma habría tenido que afrontar el estudio de los problemas del cine en su conjunto y comprometer a los Obispos y a los católicos a un apostolado en este sector, que respondiese a las mutadas condiciones de la sociedad.

De este modo, a la precedente subentraba la Pontificia Comisión para la Cinematografía, cuyo estatuto era aprobado por el Sumo Pontífice el 1 de enero de 1952. Con esta acción la nueva Oficina de Curia tomaba la fisonomía de órgano de estudio, dotado de un amplio Colegio de Expertos, llamados a tal oficina de diversas Naciones; mientres que para hacer parte de la Comisión eran llamados los Prelados Superiores de los Dicasterios Romanos interesados en los problemas pastorales, relacionados con el desarrollo de las modernas técnicas del espectáculo. La Comisión fue también dotada de una más amplia sede y de una secretaría, dirigida por Mons. Albino Galletto, Secretario Ejecutivo, nombrado el 14 de septiembre de 1950, y en seguida, el 1 de octubre de 1952 de un Subsecretario, Mons. Andrea Maria Deskur.

La primera reunión de los Expertos tuvo lugar en la Pontificia Academia de las Ciencias en el Vaticano el 26 y 27 de abril de 1953 y puso en evidencia la necesidad de profundizar, en el plano del magisterio, la problemática del desarrollo de todos los medios audiovisuales y de sus crecientes incidencias sobre la vida espiritual del mundo y sobre la pastoral de la Iglesia, y sobre todo relevó la importancia que habría tenido la televisión para la sociedad.

Después de las consultas con el episcopado y con las Organizaciones Católicas interesadas, el nombre de la Comisión cambió a Pontificia Commisión para la Cinematografía, la Radio y la Televisión y sus estatutos fueron aprobados por el Papa el 31 de diciembre de 1954 y publicados en las Acta Apostolicae Sedis. El Colegio de los Expertos, notablemente ampliado, fue dividido en tres secciones: cine, radio y televisión, y se crearon los grupos de trabajo encargados de elaborar el material ocurrente para el discurso sobre la película ideal, pronunciado por Pío XII, en dos momentos (21 de junio y 28 de octubre de 1955) y por la Carta Encíclica Miranda Prorsus del mismo Pontífice sobre la Cinematografía, la Radio y la Televisión, publicada el 8 de septiembre de 1957.

Al mismo tiempo la Pontificia Comisión participaba activamente en la preparación y el desarrollo de Congresos Católicos Internacionales, organizados anualmente en el campo del cine por la Organisation Catholique Internationale du Cinéma (O.C.I.C.), y en el sector de la radio y la televisión por la Association Catholique internationale pour la radio et la Télévision (UNDA), estableciendo así una permanente relación de colaboración y de intercambio con entes profesionales y con los relativos organismos pastorales de los diversos Países.

La posición internacional de la pequeña Oficina de la Curia estaba talmente establecida que cuando Juan XXIII accedió al Sumo Pontificado, este no dudo en dedicarle uno de sus primeros documentos solemnes, el Motu propio Boni Pastoris, con el cual erigía la Pontificia Comisión como Oficina estable de la Santa Sede, agregándola a la Secretaría de Estado (22 de febrero de 1959). Pocos meses después era instituida por el Papa, que aprobaba los Estatutos, la Filmoteca Vaticana, (16 de diciembre de 1959) y confiaba a la dirección de la Pontificia Comisión.

No suscitó alguna sorpresa el que entre los doce Organismos preparatorios del Concilio Vaticano Ecuménico II, el Motu Proprio Superno Dei Nutu (5 de junio de 1960) instituyó un Secretariado preparatorio para la prensa y el espectáculo, al costado de la sede de la Pontificia Comisión.

Fue obra del mencionado Secretario Preparatorio el recomponer durante sus dos años de existencia –reconociendo todavía a cada sector su fisonomía propia- el problema de la prensa y de los medios audiovisuales en un único estudio, abierto hacia los desarrollos futuros en los que varios instrumentos, nombrados desde entonces como de la comunicación social, habrían encontrado el debido lugar y la debida consideración en la renovada pastoral de la Iglesia. También quien retiene insuficiente el contenido del documento que era promulgado tres años más tarde (4 de diciembre de 1963) como Decreto Conciliar Inter Mirifica debe objetivamente reconocer la importancia histórica del hecho que el Concilio Ecuménico Vaticano II dedicó una especial y amplia atención a este sector.

La elevación al Sumo Pontificado de Pablo VI favoreció la Constitución del Comité Conciliar de la Prensa, confiado al Presidente de la Pontificia Comisión, que se preparaba, con reconocido éxito, a mejorar inmediatamente las relaciones entre el Concilio y el mundo de la información.

Sin esperar el final mismo del Concilio, Su Santidad Pablo VI acogía el voto de los Padres Conciliares, transformando con el Motu Proprio In fructibus multis (2 de abril de 1964) la precedente Comisión en Pontificia Comisión para las Comunicaciones Sociales, confiándole todos los problemas del cine, de la radio, de la televisión y de la prensa periódica y cotidiana, en lo que concernía a los intereses de la religión católica. Además, en los años siguientes, el Santo Padre aprobaba las Reglas para los rodajes audiovisuales de las Ceremonias y de los Lugares directamente dependientes de la Santa Sede (13 de agosto de 1965), instituyendo ante la Pontificia Comisión un Servicio de Asistencia Audiovisual, y más tarde, promulgando las Reglas de la Sala de Prensa de la Santa Sede, confiada al cuidado de la Pontificia Comisión (1 de marzo de 1968) y bajo la dirección de Mons. Fausto Vallainc, entonces Director de la Oficina de Prensa del Concilio Vaticano II. Con el incremento de las actividades de la Comisión, el Pontífice Pablo VI retuvo oportuno nombrar un Pro-Presidente en la persona de S.E. Mons. Agostino Ferrari Toniolo (23 aprile 1969).

La Pontificia Comisión asumió la fisonomía de Oficina post-conciliar, compuesta de Miembros escogidos cada cinco años entre Cardenales y Obispos, presidentes de las comisiones nacionales para la comunicación social y de 36 Consultores eclesiásticos y laicos, escogidos por el mismo periodo entre los profesionales y los operadores pastorales de los instrumentos de comunicación. Los presidentes de las tres Organizaciones Católicas Internacionales del Cine, de la Radiotelevisión y de la prensa, -O.C.I.C., UNDA, U.C.I.P. (Union Catholique Internationale de la Presse) se convirtieron en Miembros.

Su Santidad quiso presenciar personalmente la primera Plenaria de la renovada Comisión, visitando también su sede, ampliada y renovada, el 28 de septiembre de 1964, y recibiendo en los años sucesivos en Audiencias a los participantes de las Plenarias que se convirtieron en el punto focal de las actividades apostólicas de las comunicaciones sociales.

La primera tarea de la Comisión post-conciliar fue aquella de realizar una Instrucción Pastoral, aplicativa del Decreto Conciliar; esta necesitó más de seis años de trabajo y fue llevada a fin con la promulgación de la Communio et Progressio (23 de mayo de 1971). El 9 de enero de 1970, Mons. Andrea M. Deskur había sido nombrado Secretario de la Pontificia Comisión y P. Romeo Panciroli, M.C.C.I., entonces oficial de la Comisión misma, Subsecretario. Efectuada la promulgación, la Comisión se comprometió inmediatamente en realizar las directivas dictadas por la nueva Instrucción Pastoral, bajo la guía del nuevo Presidente, S.E. Mons. Edgard Heston, que había sucedido el 8 de septiembre de 1971 a S.E. Mons. O’Connor, nombrado Presidente Emérito, tras haber dirigido incansablemente la Comisión por veintitrés años; al mismo tiempo, S.E. Mons. Ferrari Toniolo fue nombrado Representante de la Santa Sede ante la Food and Agriculture Organization (F.A.O.).

Inmediatamente fue establecido un programa de contactos personales con los más importantes Centros de la Información y de producción audiovisiva, mientras las conferencias episcopales en los diversos Continentes eran invitadas a preparar, en plan local, nacional y continental, en colaboración con la Pontificia Comisión, un estudio de su situación en el campo de las comunicaciones sociales y un programa de prioridad para el futuro, a ser elaborado en reuniones regionales y continentales. Tal programa fue lanzado en América Latina en 1972, en África en 1973 y en Asia en 1974.

A mayor escala en todo el mundo católica y también en muchos ambientes no católicos se pudo trabajar con ocasión de las Jornadas mundiales de las Comunicaciones Sociales, que se tienen desde 1967 con particulares temas de estudio.

La Sala de prensa de la Santa Sede, el 2 de abril de 1972 tuvo un nuevo Director en la persona del prof. Federico Alessandrini, entonces Vicedirector del Observador Romano. El 2 de mayo de 1973, fallecido S.E. Mons. Heston durante un viaje de trabajo, sucedió como Presidente de la Comisión Mons. Andrea M. Deskur (24 de septiembre de 1973); al mismo tiempo fueron nombrados: Secretario, P. Romeo Panciroli; Subsecretario P. Karlheinz Hoffmann, S.I., y el 25 de septiembre de 1973 fue nombrado consultor técnico de la presidencia P. Antonio Stefanizzi, S.I., y Delegado de la Filmoteca Vaticano el Rev. Mounged El Hachem.

El 17 de junio de 1974 el Presidente Mons. Deskur fue elegido Obispo tit. De Tene, y ordenado por Pablo VI el 30 de junio del mismo año.

La celebración del Año Santo 1975, y la difusión fiel, rápida y univ