Percepción de un Obispo

Yo, como Obispo, les puedo decir con toda sinceridad que al Obispo le resulta muy práctico tener un ceremoniero que conozca exactamente el "cómo" y el "por qué" de lo que el Obispo requiere, tanto en las celebraciones de catedral, como cuando visita otras Iglesias, una persona así lo facilita todo e inspira confianza de que todo lo que se refiere a la persona y oficio del Obispo quedará bien. Yo creo, sin embargo, que no sólo un diácono ( como lo indica el número 36 del Ceremonial) puede hacer de ceremoniero, sino que el Obispo puede elegir un cierto número de diáconos para que sean sus "familiares" y que siempre desempeñen el oficio de los dos diáconos "asistentes" (antes llamados diáconos de honor) que atiendan al Obispo a su derecha e izquierda. Estos diáconos "asistentes" se ocupan de la persona del Obispo (n.26). Cuando el Obispo visita una iglesia, lleva a sus "asistentes" que saben bien como atenderle, por ejemplo, con la mitra, el báculo, el misal, el incienso, el hisopo, etc.; mientras aquellos diáconos (o diácono) que desempeñan el oficio de "ministrante" son los que tienen a cargo lo que se hace en todas las misas, como es la proclamación del Evangelio y la atención del altar con el cáliz y el misal. También son los "ministrantes" los que se dirigen al ambón para la Oración de los Fieles y las moniciones (números 25 y 26). Como dije anteriormente, hay distintos carismas entre los diáconos y algunos serían idóneos para servir de "asistentes" al Obispo, otros, los "ministrantes" pueden desempeñar las funciones que mejor conocen porque son las usuales.
 
Tenemos que rogar al Señor para que conceda una tregua, la proverbial paz de Dios, en que los maestros de ceremonias y los diáconos puedan estrecharse en un abrazo de paz, de concordia, amor y respeto mutuo.
 
Hay otras razones y circunstancias que contribuyen a que el diácono se vea disminuido en su oficio y quede reducido a un personaje pasivo en la liturgia. Se necesita que el pueblo y demás miembros del clero, esto incluyendo a algunos diáconos, sean catequizados en cuanto a la identidad y oficio del diácono. En la mente de muchas personas se pasa por salto del laicado al presbiterado. Se habla mucho de ministerios eclesiales laicales. ¿Dónde quedan los diáconos? Que se oiga más en las oraciones de los fieles "por las vocaciones al sacerdocio, al diaconado y a la vida religiosa". Después de todo, el diácono es también "llamado" por Dios.