Octavo Día de la Novena a San Juan Evangelista

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

Señor mío, Jesucristo, 
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, 
por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; 
propongo firmemente nunca más pecar, 
apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, 
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Oración preparatoria para todos los días

Señor Jesús
que nos diste como mandamiento nuevo el amor, 
te pedimos que, a ejemplo de san Juan Evangelista, 
tu discípulo amado, te amemos sin temor e incondicionalmente, 
aún cuando por ser tus discípulos el mundo nos persiga y condene. 
Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. 

Octavo día
«Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando cerradas las puertas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús repitió: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió también yo os envío». . Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo».» (I Jn 20, 19-22) 

Jesús, te pido me des tu paz. 

«Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida». (I Jn 5, 11-12) 

Juan, tú que nos dices que quien tiene al Hijo tiene la vida, intercede ante Jesús para que... (Petición)

Oración
Salmo 37 (36) 
Que los malvados no te hagan perder la paz 
ni envidies a los que hacen el mal, 
porque se secan pronto como el pasto, como la hierba verde se marchitan. 
Confía en el Señor y haz el bien, habita en esta tierra y mantente fiel; 
que el Señor sea tu deleite, y él te dará lo que desea tu corazón. 
Encomienda al Señor tu camino, confía en él, que él actuará; 
hará brillar como la aurora tu inocencia, 
y tu rectitud como el sol del mediodía. 
Padre Nuestro. 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.