Noveno Día de la Novena a San Patricio

Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Noveno Día:

Para mí bienestar y mi protección, pido a todos los Santos del Cielo, a la Santísima  Virgen, Reina de los Ángeles, a los Santos Apóstoles, al Bienaventurado San Patricio, ya  todos los santos protectores de Irlanda, para que sean mi inspiración y esperanza.

Del libro Confessio de San Patricio:
Por eso incansablemente doy gracias a mi Dios, que me conservó fiel el día de la tentación mía, de modo que hoy con confianza le ofrezco en sacrificio, como hostia viviente, mi alma a Cristo mi Señor, quien me protegió de todas mis angustias. Por eso puedo decir: ¿Quién soy yo, Señor?, ¿Cuál es mi vocación, tú que me ayudaste con tu divinidad tan grande, de modo que hoy entre los gentiles ensalce y engrandezca tu nombre en cualquier lugar que esté? Pero no solo en las cosas favorables, sino también en las dificultades, de modo que cualquier cosa que me sobrevenga, sea buena o mala, la reciba igualmente y dé siempre gracias a Dios. Él me enseñó a tenerle indudable confianza y a creer permanentemente; me ha escuchado para que yo, indocto y en los últimos días, me atreviera a emprender una obra tan piadosa y admirable. Así pude imitar en algo a aquellos de quienes antes el Señor ya había predicho que anunciarían el Evangelio en testimonio para todos los pueblos antes del fin del mundo, lo cual ahora vemos y así se ha cumplido: he aquí que somos testigos de que el Evangelio fue predicado hasta lugares más allá de los cuales no hay nadie.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén