Noveno Día de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial
Bendita seas, Madre del Huerto,
por haber manifestado tu esplendor y belleza
en el muro de un Huerto de Chiávari,
desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.
Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)
Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.
Amén.

Noveno Día: María, muéstranos tu amor misericordioso
Evangelio de Juan 
“Jesús al ver a su madre y junto a Ella el discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre: Mujer ahí tienes tu hijo. Después dijo al Discípulo: ahí tienes a tu Madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa”
El corazón de María es sencillamente un corazón de madre. Con eso está dicho todo o casi todo. Porque a una Madre especial, le corresponde un corazón especial 
Si pudiéramos reunir en un océano la ternura, la bondad, la compasión y la misericordia del corazón de todas las madres que han existido, existen y existirán, no igualaría el océano sin fondo que es el Corazón de María. En ella, se concentra la misericordia de todas las madres. El Corazón de María fue hecho a la medida de Dios. Para María no hay situaciones límite, ni casos desesperados, ni personas insalvables o irrecuperables. Quizás, el momento en que María más derrochó misericordia fue el día de la Pasión. Allí estaba ella de pie, con el valor íntegro, ofreciendo generosamente, el sacrificio de su Hijo. Ese día la misericordia del Hijo y de la Madre se confundieron en un mismo sacrificio: "Ahí tienes a tu hijo; ahí tienes a tu Madre", las entrañas de María, como un mar sin riberas, desbordaron en y de misericordia. 
Finalmente, el día de Pentecostés, rodeada de la primera Iglesia, el Espíritu Santo rebalsó de misericordia en el corazón de María y, desde entonces, no ha cesado, ni cesará jamás, de derramarla sobre los hijos de la Iglesia. 
S.A. Gianelli proclamaba que: María ‘está demasiado modelada sobre el Corazón de Dios, ella es la imagen verdadera de la divina bondad. Ella quiere, sin la imponencia de la majestad, sin lo terrible de la justicia. Es toda bondad, toda amor, ella es toda suavidad, y no conoce rudeza, es una Madre amasada de misericordia, y es suficiente ser miserables para ser por ella socorridos, salvados, liberados; salvados también en el cuerpo, pero más en el espíritu”. 

Oración:
Madre de la ternura: recibe en esté día nuestra alabanza y gratitud por todas las veces que escuchas nuestras oraciones. Tú eres guía, fortaleza y apoyo nuestro.  En ti ponemos toda nuestra confianza.
Amen  

Oración final: Acordaos
Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,
María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno
de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección
y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.
Animado con esta confianza, a Vos también acudo,
Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me postro humildemente en presencia de tu imagen,
por cuyo medio tanto deseas favorecernos.
No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas
y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

  • Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 
  • San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.
  • Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén