La motivación en el estudio

Te faltan motivos para estudiar

Tú sabes que para mover cargas muy pesadas, cargas que requieren una fuerza superior a la que tiene cualquier hombre, se usan unos instrumentos que se llaman palancas. Pues bien, para mover la voluntad, para iniciar su movimiento en cada caso, se necesitan también palancas.

¿Sabes qué nombre técnico tienen estas "palancas" dentro de la sicología? Tienen el nombre de "motivos". Los motivos son esas palancas que mueven la voluntad. He adivinado lo que estás pensando en este momento: "Acabo de hacer el gran descubrimiento de mi vida. Es maravilloso que existan palancas para mover esa carga tan pesada que es el estudio de cada día. Los motivos son mi liberación." Estoy de acuerdo contigo en que los motivos son algo importantísimo, de gran ayuda para el estudiante. Pero no llegues a la falsa conclusión de que hacen innecesario el esfuerzo personal.

Los motivos despiertan el interés, ayudan a centrar la atención, estimulan el deseo de aprender, conducen al esfuerzo. Aquí termina la función de los motivos. A partir de aquí empieza tu esfuerzo. Si éste llega habrás conseguido tener mucho interés por algunas cosas, pero no aprender esas cosas. Debes saber, además, que los motivos no surgen por sí mismos, sino que hay que adquirirlos y cultivarlos.

También conviene que sepas que no sirve cualquier motivo: hay motivos buenos y malos, mejores y peores que otros. Antes te decía que tienes una voluntad débil para el estudio. Ahora te añado que, la causa principal de tu problema es que careces de motivos para estudiar. Tienes pocos motivos y, además, son motivos pobres, poco valiosos. Un ejemplo de motivo pobre: estudiar para superar un examen. Un ejemplo de motivo valioso: estudiar para saber.

Te mueves sólo por incentivos.

El estudio no es algo que se engendra a sí mismo, sino algo que necesita ser motivado (estimulado) para que surja y para que continúe. Una persona está motivada para un aprendizaje cuando descubre que existe relación entre ese aprendizaje y alguna necesidad personal. Hay un tipo de motivación que se basa en satisfacer necesidades externas del estudiante. Para ello, otras personas (padres y profesores) le ofrecen incentivos.

A continuación, te pongo un ejemplo: Dinero, Una moto, Ir al extranjero, Dejarte salir el fin de semana. Esta motivación se llama extrínseca o incentivación. Existe un segundo tipo de motivación que se basa en satisfacer necesidades internas del estudiante. Además, es realizada por el propio estudiante. El estudiante se motiva a sí mismo. Por eso se llama automotivación o motivación intrínseca. Es una motivación sin incentivos (sin estímulos que vienen de fuera del estudiante). Conviene que te preguntes a ti mismo qué es lo que te mueve, habitualmente, a estudiar ¿te mueves, preferentemente, por incentivos o por necesidades interiores (motivos, automotivación).

Sospecho, me puedes corregir si me equivoco, que te mueves únicamente por incentivos: sólo para obtener elogios, premios, buenas calificaciones, etc., y para evitar posibles censuras, castigos, malas calificaciones, etc. Esto no te ocurre solamente a ti, les ocurre a muchos estudiantes. No está mal estudiar con incentivos. Lo que sí está mal es que ésa sea la única motivación.

Hay que recurrir a los dos tipos de motivación, ya que se complementan entre sí. Pero conviene recurrir mucho más a la automotivación que a la incentivación, sobre todo después de la infancia. Habrás observado que un niño es capaz de "matarse a estudiar" para conseguir una buena calificación o para ser el primero de la clase.

A los chicos mayores, como tú, ya no les "emocionan" tanto este tipo de cosas. Te aconsejo que apeles más a la automotivación, no sólo porque está más de acuerdo con los intereses de tu edad actual, sino también porque es una motivación más completa, más eficaz y más formativa. El estudiante que sabe automotivarse necesita pocos incentivos o ninguno.


Tomado de la lista "Hacer Familia"