Historia de la Devoción

Sobre el origen de su veneración, la tradición cuenta que el 2 de agosto de 1635 saliendo una india anciana a recoger leña seca en el monte, vio sobre una peña una imagen de María con el Niño Jesús en los brazos. Sorprendida ante este hallazgo inesperado, la tomó con cuidado y la escondió en su casa. Volvió al día siguiente al monte, y su asombro fue grande al ver la imagen en el mismo sitio en que la había hallado el día anterior. Pensó que se trataba de una broma pero decidió tomarla de nuevo, la llevó a su casa y la guardó. 
 
Al día siguiente ocurrió lo mismo y llena de temor fue donde el sacerdote del pueblo a contarle lo ocurrido. El sacerdote le pidió a la anciana que le trajera la imagen. Así lo hizo, pero la imagen desapareció nuevamente de casa del sacerdote y volvió a ser hallada en el monte. Pronto se difundió la noticia del maravilloso suceso y se resolvió trasladar a la imagen a la parroquia. Muy pronto se empezó a difundir entre la población la veneración a la santa imagen a quien se le llamaba Nuestra Señora de los Ángeles, por haberse aparecido el día en que la Iglesia celebra a la Virgen de este nombre. A los pocos días, la imagen desapareció del lugar en que la habían colocado y fue nuevamente hallada sobre la roca de la primera aparición. Comprendieron entonces que el deseo de la Virgen era que se erigiera un templo en aquel sitio.
 
La "Negrita", como la llaman los costarricenses, fue coronada solemnemente el 25 de abril de 1926.