Cuarto Día de la Novena a San Antonio María Claret

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Oración preparatoria para todos los días

Señor Dios nuestro, que en los designios de vuestra bondad adorable predestinasteis a San Antonio María Claret para el ministerio apostólico de la salvación de las almas y le previnisteis con especiales dones de gracia, a fin de que fuera dechado de santidad en los distintos estados de la vida cristiana. Yo os alabo y doy gracias por los tesoros de virtud que depositasteis en su alma, sobre todo aquel espíritu de caridad con que acogía a cuantos recurrían a él en sus necesidades espirituales y temporales. Concededme la gracia de saber seguir sus ejemplos e imitar sus virtudes, y especialmente la que vengo a pediros en esta Novena mediante su poderosa intercesión ante Vos. Os la pido también por el Corazón Inmaculado de María, de cuyas glorias y misericordia le hicisteis apóstol predilecto. Amén.

Meditación del cuarto día

San Antonio María Claret es llamado el apóstol del siglo XIX. Y eso fue toda su vida: de celo y apostolado. Desde niño le infundió el Señor ardiente deseo de salvar las almas, y ese celo fue creciendo toda su vida. Se hizo misionero apostólico y se entregó totalmente a la obra de las misiones, recorriendo toda Cataluña, Canarias, la archidiócesis de Cuba y después la mayor parte de España, anunciando apostólicamente la palabra de Dios en misiones, ejercicios y toda clase de predicación: a toda clase de personas, en todos los lugares, en las ciudades más populosas como en las más pequeñas aldeas. Acompañó este apostolado de la palabra con el de la prensa, publicando innumerables libros y opúsculos, difundiendo toda clase de buenas lecturas, fundando asociaciones para la propaganda religiosa. Y lo completó con el apostolado del buen ejemplo, en la palabra, en todo su porte, en toda su vida santísima, que trascendía a Dios y que sólo buscaba las almas para llevarlas a Dios.

Invocación del cuarto día

¡Oh glorioso San Antonio María, que ungido sacerdote del Señor, no pensaste en otra cosa, ni ambicionaste sino evangelizar a los pobres y humildes y retornar a Dios a los pecadores arrepentidos, renovando en tu vida y persona las maravillas y hechos de los Apóstoles! Alcánzanos que, encendidos en el celo de las almas, nos empleemos en llevar a Dios a nuestros hermanos extraviados, con la palabra, con el ejemplo y con la oración, siendo así verdaderos testigos y apóstoles de Cristo. Amén.

Invocaciones para todos los días

1. Glorioso San Antonio María, confesor y Obispo de la Iglesia: alcánzanos tu amor a la Iglesia santa y una fidelidad inquebrantable a todas sus enseñanzas y preceptos. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

2. Glorioso San Antonio María, Apóstol de la Santísima Virgen: alcánzanos tu devoción a su Inmaculado Corazón, y mediante ella la salvación de nuestras almas. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

3. Glorioso San Antonio María, ilustre Fundador de Congregaciones religiosas: alcánzanos un ardiente amor a Jesús, para seguir sus pasos hasta la cumbre de la perfección cristiana. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oración final para todos los días

V. Ruega por nosotros, San Antonio María.

R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Señor Dios, que adornasteis con virtudes apostólicas a vuestro bienaventurado Confesor y Pontífice Antonio María, y por su medio reunisteis en la Iglesia nuevas familias de clérigos y de vírgenes: os suplicamos nos concedáis que, instruidos con sus saludables enseñanzas y confortados con sus ejemplos, podamos felizmente llegar a Vos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo