Buenas campañas contra el SIDA


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A nivel global, en cualquier parte del mundo, es importante y edificante que haya declaraciones valientes de personajes famosos para arrastrar a la población con su ejemplo. Así, por ejemplo, el descubridor del virus del SIDA, Luc Montagnier, se comprometió realmente hace años, cuando al hablar de cómo deberían ser las campañas contra el SIDA dijo. "Son necesarias campañas contra prácticas sexuales contrarias a la naturaleza biológica del hombre. Y sobre todo hay que educar a la juventud contra el riesgo de la promiscuidad sexual y del vagabundeo sexual".

También el ex-jugador de baloncesto Magic Jonhson, después de contagiarse de SIDA y abandonar la práctica profesional del deporte, hizo muchas tareas de información sobre el SIDA. Con unos comienzos dubitativos acerca de los mensajes más adecuados, terminó admitiendo que para los jóvenes el verdadero "sexo seguro" era abstenerse de él.

También existen declaraciones de estamentos oficiales en pro de las buenas costumbres:
En la Declaración de Londres de la Cumbre Mundial de ministros de sanidad de 1988 se dijo: "Es necesario que las campañas de prevención contra el SIDA arranquen de más atrás, y no dejen de lado los diferentes modos de vida y los valores humanos y espirituales y protejan los derechos humanos y la dignidad de las personas". 
El artículo 8.31 del Programa de Acción de la Conferencia del Cairo de 94 dice que, al informar sobre el SIDA, hay que "hacer hincapié en la modificación del comportamiento". El artículo 8.35 de dicen que "el comportamiento sexual responsable, incluida la abstinencia sexual voluntaria, para prevenir la infección por el VIH debería ser objeto de promoción y estar incluido en los programas de educación e información". Francisco Parras, Director del Plan Nacional contra el SIDA en España, en 1997, recordó que las recomendaciones internacionales enmarcadas en España en las campañas escolares, también aconsejan retrasar la edad de inicio de las relaciones sexuales y evitar la promiscuidad sexual, pero sus campañas no solo hacen caco omiso sino que directa o indirectamente promueven lo contrario.

Por otro lado, hay ejemplos de verdadera educación en algunas campañas oficiales. Por ejemplo el Ministerio de Sanidad belga realizó una campaña sobre el SIDA en 1991 dirigida especialmente a los jóvenes, sin recomendar el preservativo. La campaña insistía en el amor vivido con responsabilidad. El principal instrumento de la campaña era un vídeo para escuelas y televisión. En él aparecen dos jóvenes que conversan; uno de ellos dice: "No sé que es el amor, y la prueba es esta enfermedad que me corroe. y se nos habla del amor como si fuera una cuestión de fontanería". 
En Suiza la Oficina Federal para la Salud llevó a cabo una campaña similar, con el lema: "La continuada fidelidad recíproca detiene el SIDA".
En Kenia y en Zambia los gobernantes prefieren educar a la población para convencer a sus ciudadanos de que cambien sus hábitos sexuales, promoviendo la fidelidad y abstención. El presidente de Kenia, Daniel Arap Moi había declarado en 1999 que su gobierno no impulsaría el uso de preservativos porque estos favorecían el desarrollo de la epidemia. No obstante, en el verano del 2001 los ministros del gobierno de Kenia decidieron importar y difundir entre la población millones de preservativos, aunque el presidente, Daniel Arap Moi, pidió a la población que se abstenga por dos años de tener relaciones sexuales promiscuas para "salvar a una generación" de contagiarse de SIDA.. Moi declaró que "Como presidente del país me siento avergonzado por la necesidad de tener que gastar millones en la importación de preservativos, lo que podría evitarse fácilmente por aquellos que van a utilizarlos". Por esas fechas, la Iglesia Católica de Kenia emitió un comunicado en el que afirma que "importar tal cantidad de preservativos implica que el Gobierno acepta la promiscuidad". Asimismo el secretario general del Consejo de Imanes de Kenia, Sheij Mohamed Dor, consideraba que el país "comete un suicidio" al comprar tal cantidad de preservativos, pues ello animará a los jóvenes a experimentar con el sexo y, cuando se acaben, a practicarlo sin protección, con lo que el SIDA aumentará.

Níger, Kenia, Zaire, Guatemala, Burkina Faso son ejemplos de países donde algo se ha hecho en materia de educar en la fidelidad y monogamia.

El caso de Estados Unidos es claro al respecto del giro que están empezando a dar las campañas de educación sobre el SIDA, y de educación sexual en general, en las escuelas. Desengañados de los efectos contraproducentes que han producido años de liberalidad sexual, están resultando ser muy positivos los programas de educación sexual basados en la abstinencia que desde fundaciones u organismos oficiales llegan a las escuelas. Los embarazos de adolescentes y la epidemia de todo tipo de enfermedades de transmisión sexual han llevado a diversos Estados a cambiar. Bush el nuevo presidente, ha decidido aplicar más fondos a estos programas de educación sexual.

La Iglesia Católica realiza una gran labor en la prevención del SIDA en el África subsahariana. Además de dirigir infinidad de hospitales donde ayudan a morir a personas que nadie quiere atender, promueve el cuidado de los millones de huérfanos que causa el SIDA, y difunde una cultura de la fidelidad y abstinencia. En aquellos países africanos donde la iglesia tiene más implantación es donde menos está avanzando la epidemia del SIDA. Mientras que algunas personas argumentan peregrinamente que la moral de la iglesia dificulta la prevención del SIDA, la experiencia demuestra lo contrario, ya que las personas fieles a la moral están más protegidas que nadie. En Uganda, Tanzania y Nigeria se han formado grupos de jóvenes, promovidos por religiosos, sacerdotes y laicos católicos, que se dedican a la lucha contra el SIDA. Los jóvenes se comprometen a luchar contra el SIDA, comenzando por sí mismos y buscando la adhesión de sus compañeros de escuela, por medio de la continencia sexual hasta el matrimonio. El caso de Uganda es ejemplar, en un estudio presentado por la agencia de la ONU sobre el SIDA, se observa que entre 1989 y 1995 ha disminuido en un 10% la fuerza de la epidemia, y la encuesta reconoce el cambio de actitud de los jóvenes que han comenzado a retrasar su primera relación sexual, difiriéndola al matrimonio.

Recientemente, la hija mayor del reciente nombrado presidente de México Vicente Fox, Ana Cristina, de 21 años, se ha puesto al frente de una campaña que pretende evitar embarazos precoces entre adolescentes promoviendo la abstinencia sexual. Esta campaña se desarrollará bajo el lema «Que no te dejen colgada», y anima a las jóvenes a no dejarse engañar. La campaña con cobertura en los medios de comunicación quiere reducir el índice de jóvenes madres solteras, y consiguientemente otros problemas, como el SIDA, que también se derivan de la promiscuidad sexual.

Son estos ejemplos señalados, los que nos indican que desde estamentos oficiales, o desde fundaciones, u ONGs se pueden hacer las cosas de otro modo. Es cierto que educar requiere más tiempo, pero los frutos son seguros.

Dentro de las buenas campañas contra el SIDA, realizadas por estamentos gubernamentales o no gubernamentales, que las campañas contra el SIDA o contra cualquier otro mal (tabaco, alcohol, droga, cáncer, fuego, accidentes de tráfico, etc.), deben de ser campañas "en positivo".
Las campañas contra el SIDA, si son realmente contra el SIDA, siempre habrán sido en positivo. Ahora bien, no secuestremos el lenguaje, y no utilicemos solamente la palabra positivo para un cierto tipo de campañas contra el SIDA. Según ese criterio, serían campañas en positivo las que hablaran de la felicidad de la familia unida, de la vida sin drogas, etc. Para los que siguieran este criterio, el resto de campañas contra el SIDA, las que hablan de la desgracia de la enfermedad, del progreso del SIDA, de los daños de la droga, serían, por exclusión, campañas "en negativo". No. Las campañas contra el SIDA, si son realmente contra el SIDA siempre habrán sido en positivo. Pero vamos, no obstante a hacer una discusión de todas las campañas positivas: las que hablan de desgracias, y las que hablan de la felicidad de vivir con salud.
Las personas con cierto nivel cultural, son personas más libres, y saben enjuiciar con mayor exactitud los pros y los contras de las acciones humanas. Se dice que el hombre es el único animal que tropieza una y otra vez en la misma piedra, pues bien, el hombre con nivel cultural, digamos que tropieza unas pocas veces menos.
No es fácil darse cuenta de que viviendo sin droga una persona es mucho más feliz, y de que la droga destruye la personalidad y anula la libertad. No es tan sencillo reconocer que la felicidad y la fidelidad se conjugan bien, mientras que el despelote nos convierte en animales. Muchas personas opinan incluso lo contrario de estas dos afirmaciones anteriores; con la propia droga llegan a decir que es un viaje alucinante y que se debe probar, que la droga mata lentamente, pero que es igual, no tiene prisa, etc.
Quien analiza todo, pros y contras, acaba rechazando las conductas peligrosas y tendentes al SIDA. Por eso, las campañas positivas que hablen de felicidad están bien, pero no suelen llegar al gran público. Se hace inevitablemente necesario hacer campañas positivas anunciando desgracias; éstas sí que llegan al gran público, éstas sí que impactan, éstas sí que demuestran su eficacia.
En lo relativo a la salud, se dice y comprobamos, que no sabemos valorarla hasta que se pierde. Para conservarla y animar a otros a hacerlo, se puede recordar la alegría, la desenvoltura y ganas de vivir que tiene una persona con salud. Bien, pero para poder distinguir las cosas, los objetos, además de la luz necesitamos ver sombras, necesitamos que nos recuerden con frecuencia qué pasa si perdemos la salud. Necesitamos recordar qué nos dolerá, cuánto sufriremos, cuándo moriremos, cómo, etc. Somos así, si no, no somos capaces de valorar la salud.
Recordemos las campañas que en España hacía la DGT (Dirección General de Tráfico) hace unos años; fue una campaña dura, pero de las más eficaces. Los anuncios mostraban la realidad de un accidente de tráfico. Los anuncios que muestran los accidentes, los fallecidos, los lisiados, son los anuncios que impactan. Los anuncios que hablen, por ejemplo, de ser prudente pues la familia espera, etc. están muy bien también, pero tienen una menor eficacia. No obstante, no existe la campaña ideal, son necesarias los dos tipos de campañas.
Los problemas de incendios forestales son objeto también de campañas de sensibilización. Se muestra, sobre todo, los desastres que produce el incendio a su paso, para que por contraste con su estado habitual nos impacte. También debe haber sensibilización de amor a la naturaleza, a los bosques, etc. Está muy bien. Lo que tampoco hacen los responsables de la lucha contra la deforestación por el fuego, es limitarse a plantar árboles, no, sobre todo lo que hacen es impedir la quema de los que tenemos, impedir la quema de los bosques. Todas esas tareas son positivas, son "en positivo", unas construyendo, plantando árboles, y otras mostrando lo que quema el bosque, que es el fuego.
Resumiendo, decir nuevamente que todas las campañas que luchen contra el SIDA son positivas. Es más fácil hablar de lo bello y feliz de la vida sin el SIDA, que ser profeta de desgracias. A nadie le gusta hacer el trabajo sucio, pues es mucho menos cómodo y agradecido. Son necesarias las dos tipos de campañas en positivo indicadas, según el nivel cultural del receptor, así serán más efectivas unas u otras.

Pasando ya un poco al capítulo personal, el que firma este documento, tuvo una entrevista con Francisco Parras, el director del Plan Nacional sobre el SIDA, en la que le animaba a que hiciera campañas promoviendo los valores humanos especialmente entre la juventud, campañas que educaran. Pero no, es una p