Aborto y el control de la población

INTRODUCCIÓN

Queridos amigos, si pudiéramos sintetizar en una frase la realidad de nuestro mundo, podríamos decir que la humanidad vive en la actualidad una lucha entre los fuertes y los débiles, cuyo ámbito de acción es universal. Enfrentándose un conjunto de países y sociedades enriquecidas como son Europa, EE.UU. y Japón, que apenas constituyen un 15% de la población mundial, con una inmensa mayoría de población empobrecida, que padece una continua situación de injusticia, de robo y de violencia.

Existe por lo tanto una realidad de dominación de los fuertes, de ámbito planetario cuyas fuerzas motrices son el lucro y el poder. Estos planes se disfrazan como "salud reproductiva", "paternidad responsable", "planificación familiar", "educación sexual", "lucha contra el SIDA", "salud sexual", "acciones de género", "feminismo" o "desarrollo sustentable".

Esta división del género humano entre fuertes y débiles genera sobre los países empobrecidos una realidad de injusticia, violencia y muerte.

- El 82% de la humanidad está condenada al hambre.

- 1500 millones de personas sufren en sus diferentes formas el paro.

- 400 millones de niños viven en situación de esclavitud

- 50 millones de muertos es el balance anual de los más de 40 conflictos bélicos abiertos en la actualidad, la mayoría mujeres y niños.

- 50 millones de niños son abortados al año.

- 80 países tienen en vigor la pena de muerte

- El terrorismo, la eutanasia no cesan de arrojar víctimas y destrozar familias.

Podemos afirmar por lo tanto que vivimos en una auténtica guerra planificada contra la vida, contra los débiles, los empobrecidos,... en la que no se puede ser espectador. Se es víctima o verdugo. Se está con los fuertes o con los débiles.

Ahondaremos en la charla de hoy uno de los pilares de ésta situación de dominación como es el control de la población y los diferentes mecanismos que facilitan dicho control (aborto, eutanasia, clonación, la esterilización) para después denunciar las causas y fines que hay detrás de tanta muerte.

En un primer momento me centraré en las caras que tiene en nuestra sociedad este control de la población, como son las políticas proabortivas, la aceptación de manera paulatina de la eutanasia, y de la clonación.

1.- ABORTO

Se estima que en el mundo se producen 53 millones de abortos al año.

En la actualidad está permitido el aborto en 54 países, lo que supone el 61% de la población mundial, sin contar los abortos ilegales que se producen, los cuales se dan tanto en los países en que está legalizado como en los que no.

Una cifra: en España se produjeron 60.000 abortos en el año 2000, que se pueden considerar libres, de hecho y que con las últimas reformas del gobierno popular ha aumentado un 29%.

En el mundo científico se considera ser vivo a cualquier tipo de célula que existe en la naturaleza. Se busca vida en Marte buscando moléculas de agua, pero esto no ocurre con los seres humanos. No se considera una persona, una vida a un feto dentro del vientre materno, sobre todo si es en las primeras semanas de gestación, a pesar de que incluso antes de las 4 primeras semanas ya existe latido.

Para justificar el aborto terapéutico se habla de un peligro para la salud de la madre, o de grandes malformaciones en el feto. La mayor tasa de abortos, el 97%, se produce en mujeres entre 20 y 29 años, que está descrita como la edad de menor riesgo de alteraciones psicológicas.

La paternidad responsable no está fomentada debidamente, de modo que esta debilidad de la familia es asumida por el Estado, o más bien, los padres delegamos en el Estado, la responsabilidad de la educación de los hijos. Este es el caso más llamativo de los jóvenes. En vez de formación en valores y respeto a la dignidad de la persona, a nuestros jóvenes, es más fácil darles condones, que ni siquiera saben usar.

Está visto que este es un punto clave de ataque a la familia, célula base de la sociedad. El ataque sistemático a la familia, ha llevado a ésta a la pérdida de la transmisión de valores como la gratuidad, el sacrificio, la solidaridad, el amor, la protección del débil, dejándolo en manos del Estado donde prima el individuo sin responsabilidad, que consume, que vive al día, que busca el bienestar y la comodidad por encima de todo, que no lucha por los más débiles o contra las injusticias.

2.- EUTANASIA.

Conocemos como eutanasia al proceso de muerte inducido premeditadamente de un hombre hacia otro hombre, en otras palabras, matar a otro hombre con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. Es diferente al derecho a morir dignamente.

Más técnicamente lo definen como la muerte fácil e indolora, o una muerte “piadosa” provocada en una persona que sufre una enfermedad incurable y dolorosa.

Nos encontramos en una sociedad que quiere alargar la vida media del hombre. Según el último informe de la Comunidad de Madrid, la vida media de las madrileñas ronda los 83 años de edad y la de los madrileños, los 78, con lo cual vemos claramente que se está consiguiendo. Nos bombardean con los hábitos de vida saludable, con la calidad de vida, pero, sin embargo, no quiere a los longevos, y legaliza medidas para eliminarlos. Como consecuencia directa del alargamiento de la vida, están las enfermedades propias de la ancianidad.

Según las más recientes estimaciones, tendemos a vivir en una sociedad cada vez más envejecida. Algunos datos: En 1900 Europa tenía el 25% de la población mundial, en 2050, será el 7%.

Más concretamente en España. Hoy España tiene 39.4 millones de habitantes, cifra que va en disminución a partir de las próximas décadas. Se calcula que en 2020 habrá 14 millones de españoles con más de 65 años, lo que representa un 17% de la población. En Europa un 15%.

¿Qué pasa? Que con la disminución de hijos por mujer, que está en España en 1.07, la atención familiar a esos ancianos será escasa, puesto que corresponderá en su mayoría a las familias de un solo hijo resultantes de 20 años de anticoncepción.

Pero centrándonos exclusivamente en la dignidad de la persona, del ser humano. ¿Por qué queremos “matar” a los que no están bien?

Queremos vivir más, pero no asumir las consecuencias de ello. Para eso ya hemos inventado lugares donde encerrar a nuestros ancianos que ya no pueden hacer otra cosa más que estar sentados en su silla de ruedas al sol, ya no nos sirve como referente, su vida y su experiencia. Han perdido el valor en una sociedad que vive de lo que el presente dictamina. Bueno, miento un poco. Los ancianos sí que interesan, son un negocio redondo.

Pero esto ocurre aquí, donde la eutanasia aún no está legalizada, aunque se estén dando pasos para ello, en mi opinión, como es el testamento vital, aprobado ya primero en Cataluña a través de la Ley 21/2000, el 29 de diciembre del año 2000, y en el resto de España, por unanimidad en el Congreso de los Diputados el 20 de junio de 2002.

Por ejemplo, en Holanda, según el Informe Remnlik, de 1991, en 1990 hubo más de 12000 casos de eutanasia en los cuales los médicos tomaron decisiones sobre las vidas de sus pacientes en más de la mitad de los casos sin el consentimiento de éstos. Estas medidas tienen unas consecuencias directas, de las cuales, la más significativa es que Holanda es el país europeo más atrasado en cuanto a la medicina paliativa de Europa.

En general, la aceptación de la eutanasia, lleva consigo una serie de consecuencias como:

- la utilización de la eutanasia, como ya hemos dicho, frena la investigación y el avance de la medicina. Sabemos que lo que impulsa a la investigación son los procesos, para desarrollar nuevas terapias tanto curativas como paliativas.

- tanto la eutanasia, como el aborto, como la clonación, generan y fomentan una mentalidad eugenésica, negándonos nuestra dignidad como personas y nuestros derechos, sobre todo, el derecho a la vida.

- la generalización de la eutanasia fomenta la mentalidad de que una vida con limitaciones no merece la pena ser vivida (que se lo pregunten a Stephen Hawkins).

- la presión social puede llegar a generar un sentimiento de culpa sobre la persona enferma, de tal modo que piense que es una carga para su familia y para la sociedad. Esto incrementa la eutanasia involuntaria, al igual que en el caso del paciente que no se encuentra en condiciones de expresar su voluntad. En este caso es el médico y la familia, los que dan con la conclusión de cuál sería la voluntad del paciente si pudiera expresarse. Se llega a la conclusión de que esa vida no tiene valor.

3.- LA CLONACIÓN.

Hablamos de clonación cuando nos referimos a la producción de muchas copias idénticas a un fragmento concreto del DNA.

Los expertos nos hablan de 2 tipos de clonación:

- Clonación reproductiva: que es la que se utiliza para obtener individuos clónicos entre sí o entre sus progenitores. (ésta es la propaganda que la secta de los raelianos ha puesto de moda)

- Clonación no reproductiva: que es la aplicación de técnicas de clonación en cultivos celulares o en embriones sin intención de producir un individuo vivo, sino con objeto de establecer cultivos de tejidos, y si fuera posible de órganos, a partir de células, que son células inmaduras con capacidad de regeneración y de diferenciación. Estos últimos pueden ser establecidos con fines de investigación básica o clínica en la reparación de órganos o tejidos dañados, en cuyo caso hablamos de clonación terapéutica.

Ambos tipos de clonación tienen una serie de aspectos éticos y morales importantes de reseñar.

Sobre la clonación reproductiva diremos:

- El hombre es un fin en sí mismo, no un medio.

- El hombre tiene derecho a no ser programado genéticamente.

- El hombre tiene derecho a ser genéticamente único e irrepetible (propiedad de unicidad)

- La clonación humana responde a una trayectoria eugenésica, que quiere clonar a los fuertes.

Según Hans Jonas es “en el método la forma más despótica y, a la vez, más esclavizante de manipulación genética; su objetivo no es la modificación arbitraria de una sustancia, sino precisamente, su arbitraria fijación en oposición a la estrategia dominante en la naturaleza”.

- La clonación humana produce una instrumentalización de la mujer, reducida a mera portadora de óvulos y de útero, pasando posteriormente a la creación de úteros artificiales.

- Se desvirtúan las relaciones más propias de la persona, la maternidad, la paternidad,... pudiendo ser una mujer gemela de su madre o hija de su abuelo. Rompemos de nuevo la familia, núcleo de la sociedad y de la solidaridad.

- Alimenta la idea de que algunos hombres pueden tener el dominio total y absoluto sobre la existencia de los demás.

- Favorece la idea de que el valor del hombre y de la mujer no dependen de su identidad como personas, sino de las cualidades biológicas que pueden apreciarse, y que por tanto, pueden ser seleccionadas.

- El hombre no es sólo un conjunto de células, órganos, genes. Es cuerpo y alma. Tiene motivaciones, ideales, experiencias vivenciales y no sólo físicas.

Aún no hay una experiencia suficiente ni con animales, además los ensayos que se han realizado no han llegado a buen puerto.

Los intentos realizados por el momento han sido infructuosos. Por ejemplo, para clonar a la oveja Dolly se requirieron 200 intentos. El éxito no ha superado un 3% de los experimentos. Se han producido anormalidades, abortos, y todo tipo de defectos y mutaciones. No se sabe si el individuo clónico puede ser portador de graves anomalías genéticas.

La valoración ética de este tipo de clonación es negativa, y desde la comunidad científica se apela al sentido de la responsabilidad.

Sobre la clonación no reproductiva o terapéutica diremos:

Se podría pensar que en este tipo de clonación no existen reparos éticos, sin embargo, la obtención de un embrión artificial con el objeto de hacer cultivos, plantea el problema de haberlos creado. Haber creado un embrión humano que ha de ser destruido para poder establecer los cultivos celulares deseados. Se habría creado un embrión para experimentación.

Aquí volvemos al tema del aborto, ¿desde cuándo es persona una persona?

Se constata que podría ser innecesaria la utilización de la clonación no reproductiva si llegan a hacerse realidad clínica los datos experimentales emergentes que parecen indicar la posibilidad de establecer cultivos de tejidos a partir de células madre que están presentes en órganos de personas adultas. Aquí aportamos por ejemplo el caso del paciente de cardiología que salió hace pocas semanas en los medios de comunicación, en el que, a partir de células de su propio cuerpo, se han podido reconstruir los tejido dañados en su corazón tras un infarto de miocardio.

Son tantos los aspectos éticos negativos en cuanto a la clonación que ni siquiera la comunidad científica lo tiene claro. Para maquillarlo un poco, han inventado la figura del pre-embrión, pero no está claramente definido, ¿por qué? A lo mejor no tiene respuesta.

El hombre se apodera de la “libertad” de jugar con la vida del hombre al no considerar al embrión como una vida humana en desarrollo. Desde la Iglesia se nos recuerda que estas técnicas, que se introducen en nombre de la salud y del bienestar, suponen una auténtica discriminación entre los seres humanos en virtud de su tiempo de desarrollo. De este modo, un embrión vales menos que un feto, un feto menos que un niño, un niño menos que un adulto. Trastocando el imperativo moral que impone, por el contrario, la máxima tutela y respeto pr