20 de abril de 2010 / 09:52 AM
Al pronunciar esta mañana un elogio fúnebre al Cardenal Tomas Spidlík, sacerdote jesuita fallecido el pasado 16 de abril a los 90 años, el Papa Benedicto XVI explicó que "la voluntad de Jesús coincide con la de Dios Padre y con la obra del espíritu Santo, constituye para el ser humano una especie de abrazo seguro, fuerte y dulce que lo conduce a la vida eterna".
Al final de la Misa de exequias celebrada en la Basílica de San Pedro por el Cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio, el Santo Padre señaló que "los grandes hombres de fe que viven inmersos en esta gracia, tienen el don de percibir con una fuerza particular esta verdad y, así, pueden atravesar duras pruebas, como las atravesó el Padre Tomas Spidlík, sin perder la confianza y conservando, al contrario, un vivo sentido del humor, que es ciertamente un signo de inteligencia, pero también de libertad interior".
"En este aspecto era evidente el parecido entre nuestro llorado Cardenal y el venerable Papa Juan Pablo II: ambos tenían el don de la ocurrencia divertida y la broma, aunque cuando eran jóvenes pasaron situaciones difíciles y, en algunos casos, parecidas. La Providencia hizo que se encontrasen y colaborasen para el bien de la Iglesia; especialmente para que aprenda a respirar plenamente ‘con sus dos pulmones’, como le gustaba decir al Papa eslavo".