7 de enero de 2008 / 05:19 AM
En entrevista con "L'Osservatore Romano" y Radio Vaticano, el Prepósito General saliente de la Compañía de Jesús, P. Peter-Hans Kolvenbach, señaló, en la vigilia de la 35 Congregación General de la orden, que pese a que "la red de las instituciones educativas de la Compañía es tan vasta que muchos piensan que la orden ha sido fundada para el apostolado educativo", la misión "del jesuita es muy amplia y no puede restringirse a un solo campo, por más importante que sea".
Tras afirmar que el centro de la próxima Congregación "será necesariamente la elección del nuevo prepósito general", el P. Kolvenbach indicó que eligiendo "a uno u otro entre los miles de jesuitas capaces de llegar a serlo, la Compañía dice entonces a que se atiene para su devenir: un profeta o un sabio, un innovador o un moderador, un contemplativo o un hombre de unión".
Seguidamente, el sacerdote destacó que "el jesuita es un hombre en misión: una misión que recibe del Papa, de sus superiores, pero en última instancia del Señor Jesús, Él mismo enviado por el Padre. Los jesuitas desean continuar esta misión entre los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, especialmente en donde hay más necesidad. Esto comporta una presencia en las fronteras, que alguna vez fueron fronteras geográficas de la cristiandad; y que hoy son mayormente fronteras entre el Evangelio y la cultura, entre la fe cristiana y la ciencia, entre la Iglesia y la sociedad, entre la 'buena noticia' y un mundo turbado y confundido".