10 de julio de 2015 / 01:15 AM
En el encuentro del Papa Francisco con los clérigos y religiosos de Bolivia, en el Coliseo Don Bosco de Santa Cruz, el seminarista Damián Oyola dio un emotivo testimonio vocacional que produjo la ovación de los presentes y que el Pontífice se pusiera en pie para acercarse y saludarlo calurosamente.
"Nací en Huari Huari, Potosí, al occidente de Bolivia, en el seno de una familia minera. Mi papá, mi abuelo (que aún vive), y todos mis tíos son aguerridos mineros de los socavones del Potosí. Yo mismo viví la experiencia de trabajar es esos oscuros parajes de las minas, siguiendo las vetas sangrantes del preciado metal", dijo el joven que contó que creció con el impulso de su padre al estudio y el ejemplo tierno de su madre que siempre rezaba, incluso estando enferma.
"Sé que mi llamada no surgió en una noche de sudores o en una espectacular conversión al estilo de San Pablo. Fue más bien un largo proceso que aún sigue su curso… Cuando entré al seminario ya tenía una larga historia de llamadas. No sé exactamente cuándo nació. Pero sé que es una constante invitación del Señor a seguirle".