"Efectivamente era una enfermedad muscular grave, efectivamente él no puede respirar sin un ventilador que respire por él, pero cualquiera que lo conoce se da cuenta de lo inmensamente feliz que es. Es muy inteligente, sabe leer, se comunica súper bien y pasamos todo el día jugando, aprendiendo, cantado, leyendo, haciendo cosas entretenidas… y él sabe que su cabecita no tiene ningún límite", explicó orgullosa Constanza.
Frente a la pregunta de si la vida de su hijo es digna, Constanza afirmó con seguridad que "toda vida humana es inherentemente digna. Porque qué define digna ¿La salud? Si es así habría un alto porcentaje de la sociedad que tendría vidas indignas. Todos los ancianos, todas las personas dependientes, los niños pequeños, las personas enfermas, las personas pobres ¿Entonces quién define dignidad? Otra cosa es calidad de vida. Para mí la calidad de vida tampoco va en lo que puedas hacer o no hacer, sino en qué tanto tu disfrutas tu vida y que tantas ganas tienes de despertar al día siguiente y seguir viviendo y mi hijo claramente lo disfruta".
Esta abnegada madre también es médico familiar, profesión que no pudo ejercer en ningún centro médico luego de nacido "Nachito", pero que sin embargo, como ella cuenta, este ha sido "el desafío médico más importante y lindo que he podido vivir. No me siento para nada frustrada, he aprendido muchísimo y he podido ayudar a otros también".
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