Hace 14 años la chilena Verónica Stoberg tenía 36 semanas de embarazo, hemorragia interna y muerte cerebral, un pronóstico desalentador. Hoy completamente recuperada, sabe que su historia fue obra de Dios y por la intercesión del beato español Faustino Míguez, que en octubre será declarado Santo, puede contar su historia y decir "los milagros todavía existen".
En 2003 Verónica Stoberg Tejo estaba embarazada de su cuarto hijo y todo marchó bien hasta que el 10 de septiembre se comenzó a sentir mal. Llegó grave a la clínica y le diagnosticaron: preeclampsia, hemorragia interna y estado de coma.
Su hijo Sebastián nació por cesárea y los médicos, sin poder detener la hemorragia, comunicaron a la familia que ya nada se podía hacer.