10 de diciembre de 2015 / 05:46 PM
En la semana 23 de gestación, Michael y Angela Bakker, se enteraron con una ecografía que su pequeña Naomi Joy no estaba desarrollándose adecuadamente y ya no crecía en el útero materno.
Distintos médicos le dijeron a la pareja que la bebé moriría en cuestión de tiempo y al menos dos veces les propusieron el aborto como solución.
Les dijeron tenía menos del 1 por ciento de posibilidades de sobrevivir y si lo hacía, corría el riesgo de serias complicaciones como ceguera o sordera. Entonces los Bakker se refugiaron en su fe.