El Papa Francisco se encontró este jueves con los sacerdotes, religiosos y seminaristas de Bolivia, y les contó una anécdota para animarlos a no ser indiferentes al grito de dolor de los fieles, ni "callarlos" cuando piden una atención, una bendición. Al pueblo de Dios "dale una caricia, por favor, decile que Jesús lo quiere", pidió el Santo Padre.
En el encuentro realizado en el Coliseo Don Bosco, el Papa reflexionó sobre el pasaje evangélico del ciego Bartimeo, que al oír que pasaba Jesús, comienza a clamar a gritos compasión para él.
Pensemos en las reacciones de los discípulos, "pensemos en las distintas reacciones de los obispos, los curas, las monjas los seminaristas a los gritos que vamos sintiendo o no sintiendo", pidió el Papa.