1 de noviembre de 2006 / 07:09 AM
A pesar de la lluvia miles se dieron cita en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus con el Papa Benedicto XVI, quien en el día en que la Iglesia celebra a Todos los Santos, recordó que la vida eterna es la existencia sumergida en el amor de Dios.
El Pontífice reflexionó respondiendo a la pregunta: “¿El hombre moderno espera aún la vida eterna o piensa que esta pertenece a una mitología ya superada?”, y dijo que: “en nuestro tiempo se está tan absorbidos por las cosas terrenas que es difícil pensar en Dios como protagonista de la historia y de nuestra misma vida”.
“La existencia humana tiende por propia naturaleza a algo más grande; es insuprimible en el ser humano el anhelo de justicia, de verdad, de felicidad plena”, continuó.