Viaje de Benedicto XVI al Reino Unido: Fe en Dios no es problema sino don

El Arzobispo de Westminster y Presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, Mons. Vincent Nichols, escribe un artículo en ocasión de la próxima visita del Papa Benedicto XVI al Reino Unido en el que señala que el Santo Padre permitirá que muchos entiendan que "la fe en Dios no es un problema por resolver sino un don que se debe redescubrir".

En el texto publicado en L’Osservatore Romano, titulado como el lema de la visita "El corazón habla al corazón", el Prelado comenta que "esperamos que la presencia iluminador y las palabras de Benedicto XVI ayuden a muchos en nuestras tierras a comprender que la fe en Dios no es un problema por resolver sino un don que se debe redescubrir. Para muchos en nuestra sociedad la fe se ha convertido en un problema, en algo que debe esconderse o extraerse de la vida pública".

Sin embargo, explica, "la verdad es muy distinta: la fe en Dios trae gran riqueza y alegría a los hombres. Es la liberación y la guía que buscamos, motivo de inspiración y perseverancia, fuente de perdón y compasión".

Mons. Nichols afirma luego que "la visita de Benedicto XVI es, sin duda, un evento histórico. La invitación le fue cursada por su majestad la Reina Isabel II. Y será ella misma quien reciba al Papa a su llegada, el 16 de septiembre en Edimburgo. Esta visita, marca además una nueva fase en la larga y compleja historia de las relaciones entre los monarcas de esta tierra y el papado".

La visita del Santo Padre, prosigue el Arzobispo, comienza con un evento que celebra el rol de la educación católica en el país: "Benedicto XVI podrá dirigirse a cada escuela de todo el territorio, gracias a una conexión de Internet e invitará a los niños, donde sea que se encuentren, a seguir los eventos de su visita y a sostenerlo con sus oraciones", dijo.

El evento fundamental, resaltó el Prelado, será la beatificación del Cardenal John Henry Newman que fue "un estudioso de gran profundidad, un escritor y poeta de méritos admirables, un sacerdote de parroquia muy querido por todos los que lo conocieron. Era un hombre que entendía que la mente y el corazón debe andar a la par en las grandes empresas de la vida, la más grande de las cuales es la búsqueda de Dios y de la relación salvífica con Él".

El Cardenal Newman, concluye el Arzobispo de Westminster, "hablaba y escribía con elocuencia sobre la búsqueda interior personal y de la alegría que ésta trae. Expresaba el vacío de la vida sin Dios con estas palabras: "si mirase un espejo y no viese mi rostro, probaría el tipo de sentimiento que en efecto se apodera de mí cada vez que examino este mundo frenético y no veo el reflejo de su Creador’".