16 de septiembre de 2009 / 09:42 AM
En su habitual catequesis de los miércoles en la Audiencia General, el Papa Benedicto XVI habló de Simeón el Nuevo Teólogo, un santo monje oriental de Asia Menor del siglo X, cuyo aporte está en la reflexión sobre la presencia del Espíritu Santo en los bautizados y cómo "la verdadera fuente del amor es la presencia divina en el alma".
En el Aula Pablo VI y ante miles de fieles reunidos, el Papa explicó que Simeón nació en el 949 en Galatai (Asia Menor) y abandonó su carrera civil en Constantinopla al servicio del Emperador para emprender "el camino de la unión con Dios, bajo la guía espiritual de Simeón el Piadoso, en un monasterio de Constantinopla". Murió en 1022.
Su reflexión, afirmó el Santo Padre, "se centra en la presencia del Espíritu Santo en los bautizados, que han de ser conscientes de esta realidad espiritual. La vida cristiana es comunión íntima y personal con Dios", e insistió en que "el verdadero conocimiento de Dios nace de un camino de purificación interior y pasa a través de un profundo arrepentimiento y dolor sincero por los propios pecados, para llegar a la unión con Cristo, fuente de alegría y de paz".