El comunicado reitera entonces que "las afirmaciones efectuadas durante el programa no corresponden, por lo tanto, a la verdad: según la normativa vaticana en materia anti-blanqueo, la Autoridad judicial vaticana tiene el poder de indagar también sobre las transacciones sospechosas producidas en los períodos anteriores al 1 de abril de 2011, y esto sucede también en el marco de la cooperación internacional con los jueces de otros Estados, incluida Italia".
Tras señalar que el IOR también hace transacciones con bancos no italianos y que en general, todos y cada uno de sus movimientos "de dinero son regularmente seguidos y archivados", el comunicado rechaza "la afirmación del magistrado Luca Tescaroli, según la cual el Vaticano no habría respondido a las peticiones relacionadas con el caso Banco Ambrosiano-Calvi".
Sobre este caso el comunicado precisa que el Vaticano actuó debidamente sobre este tema mediante la cooperación de las autoridades de la Santa Sede con las autoridades italianas, lo cual se demuestras con "la documentación accesible a los oficiales tanto de la Santa Sede como de la República Italiana".
El comunicado concluye señalando que "los hechos descritos más arriba demuestran que la presentación realizada por el citado programa resulta parcial y no contribuye a ofrecer un cuadro objetivo de la realidad descrita".