15 de septiembre de 2011 / 05:31 AM
El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y los organismos especializados en Ginebra, Mons. Silvano M. Tomasi, abogó por una solución integral al drama de la esclavitud y trata de personas que cada año cobra unos tres millones de víctimas en el mundo.
En la reunión del Consejo de Derechos Humanos sobre "La esclavitud contemporánea", el Arzobispo deploró el negocio de la trata de seres humanos que anualmente supone ingresos de más de treinta mil millones de dólares.
El Arzobispo deploró "la globalización de este comercio, el desarrollo de un mercado global que explota la pobreza extrema y la vulnerabilidad de muchas mujeres y menores de edad que tratan de escapar de las condiciones intolerables de miseria y violencia".