El 11 de octubre, con motivo de la fiesta del Beato Juan XXIII impulsor del Concilio Vaticano II, el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Cardenal Leonardo Sandri, celebró una Misa en su honor desde el altar donde reposan sus restos en la Basílica de San Pedro.

Durante la ceremonia, el Cardenal Sandri dio gracias a Dios por la futura canonización del Papa "bueno", que será elevado a la gloria de los altares de la santidad junto al Beato Juan Pablo II el próximo 27 de abril de 2014 desde la Plaza de San Pedro.

El Purpurado argentino resaltó la docilidad con la que el Papa Roncalli se donó al Espíritu Santo durante su pontificado, especialmente de cara al Concilio Vaticano II, que fue iniciado por su voluntad el 1 de octubre del año 1962, marcando un antes y un después para la historia de la Iglesia, a la que bautizó como "la esposa de Cristo".

Juan XXIII "prosiguió con su ejemplo y con la oración ferviente para difundir la alegría del Evangelio en la tierra, apoyando a la Iglesia para que se alegre, pero: la hora de tristeza y amargura está destinada a dar paso a alegría de los cristianos que nadie puede robar los fieles discípulos. La esposa de Cristo se regocija porque es Inmaculada y hermosa, a pesar de las debilidades de sus hijos: son pecadores pero la misericordia divina siempre los purifica y devuelve a la Madre Iglesia y al mundo como profetas de la esperanza que no defrauda", afirmó.

"Gracias a Dios por apasionada obediencia de la fe de Juan XXIII, amor que llegó desde lo alto y que lo distinguió desde la infancia en su camino, en su historia como creyente y pastor. Fue su fe, custodiada en su interior, la que animaba su conciencia para manifestar más adelante obras la paz", añadió.

Por último, el Cardenal Sandri aludió a la Encíclica del Beato Juan XXIII, Pacem in terris, que recientemente fue tema de estudio para el Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano.

"Es el deber de todos la construcción de la paz, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, a través de estos dos caminos: promoviendo y practicando la justicia, la verdad y el amor; y contribuyendo, cada uno según su capacidad, al desarrollo humano integral, según la lógica de la solidaridad", dijo recordando unas palabras del texto.

"Ruega por nosotros Papa bueno Juan XXIII", concluyó.