El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU), llamó a los legisladores a no aprobar la ley del "matrimonio igualitario" pues abre las puertas a las uniones homosexuales en el país; a la vez que advirtieron que este tipo de uniones seguirán siendo inmorales así la legislación las ampare.

El pasado 2 de abril el Senado uruguayo ratificó la ley del "matrimonio igualitario" aprobada en primera instancia por la Cámara de Diputados. Sin embargo, debido a algunas modificaciones realizadas por la Cámara alta, ahora el texto será debatido nuevamente el 10 de abril por los diputados para su sanción definitiva.

"Nos vemos pues obligados a reiterar, mutatis mutandis, las mismas consideraciones que hacíamos respecto de la ley del aborto: no por haber sido aprobada esta ley es moralmente buena. La moralidad de los actos no depende de las leyes humanas. Recordamos el deber y el derecho de seguir las obligaciones de la ley natural inscritas en la propia conciencia", advirtieron los obispos en su comunicado del 8 de abril.

En ese sentido, el Consejo Permanente de la CEU reiteró su preocupación por las consecuencias que esta ley traerá sobre las familias y sobre los derechos de los niños que corren "el riesgo de convertirse en un objeto, especialmente cuando se plantea la adopción plena como un derecho de todos los matrimonios", sin tener en cuenta el interés del menor a crecer "con una clara referencia materna y paterna".

"No cuestionamos la buena voluntad e intento de búsqueda de una mayor justicia por parte de nuestros legisladores, pero insistimos en la gravedad y consecuencias de lo que está en juego, más allá de lo que aparenta", indicaron.

Sin embargo, advirtieron que el objetivo perseguido por este proyecto legislativo "no era la protección efectiva de los derechos de parejas homosexuales, ya regulada por ley, y con la existencia de proyectos alternativos de 'uniones civiles' o similares que los aumentaban aún más, sino el asimilar estas situaciones de hecho al matrimonio".

"Llamar de manera igual a realidades desiguales, so pretexto de igualdad, no es justicia sino asimilaciones inconsistentes que sólo harán que se debilite todavía más el matrimonio. Constatar una diferencia real no es discriminar", afirmaron.

En ese sentido, señalaron que estas legislaciones siguen modelos del extranjero "sin el debido análisis antropológico y sin profundizar las consecuencias que las alteraciones legales conllevan para el conjunto de la sociedad uruguaya en el tema de la familia".

Por ello, los obispos invitaron "una vez más a todas las mujeres y hombres uruguayos a unirnos en el esfuerzo en pro de una sociedad más justa y fraterna, en donde los valores del Evangelio puedan florecer en las familias y las futuras generaciones encontrar allí razones de fe y esperanza".