Al recibir esta mañana a una delegación ecuménica de Finlandia, el Papa Benedicto XVI señaló que "la unidad de todos los cristianos en una única Iglesia es realmente un don de Dios y no un logro nuestro".
Así lo indicó en su discurso a los miembros de la delegación encabezada por el Obispo Católico de Helsinki, Mons. Teemu Sippo; y el obispo luterano de Mikkeli, Seppo Hakkinen, que llegaron al Vaticano en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se celebra entre el 18 y el 25 de enero.
El Santo Padre dijo que "nuestra profunda amistad y el testimonio común de Jesucristo, especialmente ante el mundo de hoy que, a menudo, carece de una verdadera dirección y anhela escuchar el mensaje de salvación, debe favorecer el progreso en la resolución de nuestras diferencias y en la de las materias que dividen a los cristianos".