Una mala traducción en el Sínodo de la Familia generó el caos

Una mala traducción en el Sínodo de la Familia generó el caos
Mons. Bruno Forte, Secretario General del Sínodo de la Familia (Foto Alan Holdren / ACI Prensa)

Una mala traducción del italiano al inglés del documento que resume lo trabajado en la primera parte del Sínodo de la Familia en el Vaticano fue la causante del caos informativo que hizo que diversos medios seculares afirmaran, entre otras cosas, que la Iglesia había modificado su enseñanza sobre el "matrimonio" gay.

La versión original del documento, llamado Relatio post discepationem (Relación después del debate) estaba escrita en italiano, idioma que el Papa Francisco eligió como oficial para el Sínodo. En los sínodos anteriores el lenguaje oficial había sido el latín, estimado por su precisión y por su falta de ambigüedad.   

El punto que generó la controversia está en el párrafo 50 que aparece luego de valorar los dones y los talentos que los homosexuales pueden dar a la comunidad cristiana. En italiano aparece la siguiente pregunta: "le nostre comunità sono in grado di esserlo accettando e valutando il loro orientamento sessuale, senza compromettere la dottrina cattolica su famiglia e matrimonio?"

En la traducción al inglés proporcionada por el Vaticano, se lee lo siguiente "Are our communities capable of providing that, accepting and valuing their sexual orientation, without compromising Catholic doctrine on the family and matrimony?" (¿Nuestras comunidades están en grado de serlo (acogedoras), aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?")

La palabra clave en el italiano es "valutando" que fue traducida al inglés como "valuing" (valorando). Esta palabra debió haber sido traducida como "evaluando" o "considerando" o "sopesando", como sí estaba en español.

Con la traducción que se hizo al inglés, en contraste, se sugiere una valoración de la orientación sexual, lo que generó una confusión entre quienes son fieles a las enseñanzas de la Iglesia.

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Si bien se indicaba que la traducción no era oficial, sí fue la traducción que la Sala de Prensa de la Santa Sede difundió para ayudar a los periodistas que no conocen bien el italiano.

El documento fue inicialmente dado a conocer en italiano, poco antes de que el Cardenal Peter Erdo, Relator general del Sínodo, lo leyera ante la asamblea. Luego de una media hora, el texto estaba disponible en español, francés, inglés y alemán, y se envió a través de un boletín de la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Esta diferencia de tiempo sugiere que la traducción se hizo en las instancias finales.

De acuerdo a una Fuente del Vaticano, el Cardenal Erdo debía entregar el documento a la Secretaría General del Sínodo el sábado, y este fue pulido hasta el último momento y devuelto al Purpurado ya tarde el domingo.

Que el texto no es plenamente del Cardenal Erdo podría deberse al hecho de que "la discusión posterior a la relación es mucho más corto que la de la pre discusión", como dijo el Arzobispo de Glasgow, Mons. Philip Tartaglia, a ACI Prensa el 15 de octubre.

El pasaje sobre la atención pastoral a los homosexuales fue criticado luego en el debate que siguió a la lectura de la Relatio el lunes.

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El documento generó la impresión en algunos de que la Iglesia había cambiado su perspectiva respecto a la homosexualidad.

El Cardenal Gerhard Mueller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, resaltó el 13 de octubre que "la atención pastoral de los homosexuales ha sido siempre parte de la enseñanza de la Iglesia y la Iglesia nunca ha sacado a los homosexuales de sus programas pastorales".

Un importante documento de este dicasterio de 1986 sobre la atención pastoral de las personas homosexuales, con la firma del entonces Cardenal Ratzinger y aprobado por San Juan Pablo II, señala que "es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen.".

El texto indica además que "un auténtico programa pastoral ayudará a las personas homosexuales en todos los niveles de su vida espiritual, mediante los sacramentos y en particular a través de la frecuente y sincera confesión sacramental, mediante la oración, el testimonio, el consejo y la atención individual. De este modo la entera comunidad cristiana puede llegar a reconocer su vocación a asistir a estos hermanos y hermanas, evitándoles ya sea la desilusión, ya sea el aislamiento".

"De esta aproximación diversificada se pueden derivar muchas ventajas, entre las cuales es no menos importante la constatación de que una persona homosexual, como por lo demás todo ser humano, tiene una profunda exigencia de ser ayudada contemporáneamente a distintos niveles".

El documento afirma también que "la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, no puede ser definida de manera adecuada con una referencia reductiva sólo a su orientación sexual. Cualquier persona que viva sobre la faz de la tierra tiene problemas y dificultades personales, pero también tiene oportunidades de crecimiento, recursos, talentos y dones propios".

"La Iglesia ofrece para la atención a la persona humana, el contexto del que hoy se siente una extrema exigencia, precisamente cuando rechaza el que se considere la persona puramente como un « heterosexual » o un « homosexual » y cuando subraya que todos tienen la misma identidad fundamental: el ser creatura y, por gracia, hijo de Dios, heredero de la vida eterna", agrega.

Para leer el documento completo de 1986, ingrese a: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19861001_homosexual-persons_sp.html

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