"Como padres, el Sr. y la Sra. Fixsler tienen derecho a luchar para mantener viva a su hija. Es inaceptable que la gente en el gobierno piense que ellos, y no los padres, deberían decidir qué es lo mejor para un niño, incluso en una cuestión de vida o muerte", continuaron.
A principios de junio, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, envió una carta al príncipe Carlos de Inglaterra pidiéndole que interviniera en el caso. Rivlin solicitó su intervención "sobre un asunto de grave y urgente importancia humanitaria".
"Es el ferviente deseo de sus padres, que son judíos devotos y ciudadanos israelíes, que su hija sea llevada a Israel. Sus creencias religiosas se oponen directamente a la interrupción del tratamiento médico que podría prolongar su vida y han hecho arreglos para su traslado seguro y tratamiento continuo en Israel", escribió.
Además del presidente israelí, el ministro de Salud de Israel, Yuli Edelstein, escribió al ministro de Salud del Reino Unido, Matt Hancock, para pedirle que se le permita a la niña ser trasladada a Israel.