La caridad con los débiles, los pobres, los marginados, en definitiva, la caridad con los últimos de la sociedad, es lo que sostiene la esperanza cristiana. Así lo indicó el Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles en el Aula Pablo VI.
Esa caridad implica perdonar toda ofensa, responder con el perdón a todo agravio porque, según afirmó: "el cristiano nunca puede decir, 'me la pagarás'. ¡Nunca! Ese no es un gesto cristiano. La ofensa se vence con el perdón".
El Papa se refirió a la Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, donde "exhorta a permanecer radicados en la esperanza de la resurrección. En ese mismo contexto, el Apóstol muestra que la esperanza cristiana no es solo un aliento individual, sino comunitario, eclesial".