En la catequesis general celebrada esta mañana en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI reflexionó sobre la figura de Judas Iscariote y explicó que su papel negativo “se inserta también en el misterioso proyecto salvífico de Dios" que asume el “gesto inexcusable” de este apóstol “como ocasión de la entrega total del Hijo por la salvación del mundo”.
Durante la audiencia, en la que participaron unas 30 mil personas, el Santo Padre hizo notar que el nombre de Judas “aparece siempre el último en la lista de los Doce que recuerda su traición. En cambio, los evangelistas lo presentan como apóstol a todos los efectos".
Preguntando por las razones de Jesús para elegir a este hombre y darle su confianza, además de por su misteriosa suerte eterna, el Pontífice aseguró que “no nos corresponde a nosotros juzgarle poniéndonos en el lugar de Dios, infinitamente misericordioso y justo".