En su encuentro de ayer por la tarde en la la Iglesia de San Pío de Pietrelcina con los sacerdotes, religiosos y religiosas y jóvenes, el Papa Benedicto XVI animó a los presentes a trabajar "para encontrar nuevos canales para comunicar la verdad evangélica a los hombres y mujeres de nuestro tiempo".
Dirigiéndose especialmente a los sacerdotes, el Santo Padre se refirió al Año Sacerdotal dedicado a San Juan María Vianney y destacó que si el Santo Cura de Ars, "en una época atormentada y difícil, hizo todo lo posible para que sus parroquianos redescubrieran el significado y la belleza de la penitencia sacramental, para el santo fraile del Gargano (San Pío de Pietrelcina) el cuidado de las almas y la conversión de los pecadores fueron un anhelo que lo consumió hasta su muerte".
"¡Cuántas personas han cambiado de vida gracias a su paciente ministerio sacerdotal!", exclamó el Papa. "¡Cuántas largas horas transcurría en el confesionario! (...) Hay que valorizar todavía más el sacramento de la Penitencia y los sacerdotes no tendrían que resignarse nunca a ver sus confesionarios desiertos, ni limitarse a constatar el despego de los fieles por esta extraordinaria fuente de serenidad y de paz", agregó.