“Nunca busques justificaciones ni añadas circunstancias que puedan 'atenuar' la gravedad de la falta. ¡Evita confesar pecados ajenos! Con humildad, claridad y la extensión adecuada, expón tu alma y sus heridas tal como son, permitiendo que el bálsamo del perdón las renueve por completo”, añade.
5. Presta atención a las palabras de la absolución
“En ese preciso instante, el Costado de Cristo se abre y de él brota el Espíritu que restaura en ti la inocencia bautismal. Permanece con el corazón abierto, como 'tierra reseca, agostada y sin agua', para que ese agua purificadora y vivificadora lo penetre e impregne todo. Luego, da gracias y eleva en tu corazón un Magnificat sincero, en compañía de María y como María”, concluye el P. Bonnin.
Este artículo se publicó originalmente el 22 de diciembre de 2022. Ha sido actualizado para su republicación.