En el multitudinario encuentro que se realizó en la Plaza de San Pedro hasta las 11:15 p.m. (hora local) con miles de sacerdotes llegados de diversas partes del mundo, el Papa Benedicto XVI explicó que para suscitar santas vocaciones al sacerdocio es necesario rezar de manera convencida, humilde e insistente a Dios; así como un testimonio ardoroso de su amor que muestre la belleza de este llamado.
Respondiendo a la pregunta de un sacerdote de Australia, sin leer texto alguno (algo que es inusual en el Papa), Benedicto XVI señaló que "la tentación es grande de tomar nosotros mismos las cosas en nuestras manos, para transformar el orden en una profesión, como un trabajo más. Es una tentación que no resuelve el problema" de la escasez de vocaciones, con lo que además se corre el riesgo de "renunciar a la sacralidad del sacerdocio".
Ante la falta de jóvenes que respondan con generosidad al llamado de Dios, dijo el Santo Padre, "debemos orar a Dios, tocar a su puerta para que nos dé vocaciones. Rezar con gran convencimiento. Dios no se cierra a la oración permanente, confiada. Esto es lo primero: rezar con humildad, confianza e insistencia por las vocaciones tocando el corazón de Dios para que nos dé sacerdotes".