Un representante de Jinde Charities, la entidad católica que coordina el trabajo de socorro en la zona devastada por el terremoto en China, afirmó que la labor de los fieles, más que dar una ayuda humanitaria, es testimoniar la fe en medio del sufrimiento de los damnificados.
"No se trata sólo de una ayuda humanitaria, sino que para nosotros se convierte en una auténtica misión, una misión de testimoniar la fe en todas las circunstancias, una evangelización entre las tiendas y entre la gente desesperada, en busca de consuelo moral y espiritual", declaró a la agencia Fides.
En ese sentido, destacó el apoyo recibido por la Iglesia Universal y por el Papa Benedicto XVI, quien llamó a orar por las víctimas del terremoto y envió una donación personal que será destinada a la gente más necesitada.