El Papa Francisco, visiblemente conmovido por los testimonios de un sacerdote y dos religiosos, improvisó un discurso hoy, en el que destacó el papel de los cristianos "mártires" que sobrevivieron a crueles torturas durante la guerra de Bosnia, a inicios de la década de 1990.
El Santo Padre lamentó que muchas veces "el espíritu del mundo nos hace olvidar a nuestros antepasados, el sufrimiento para nuestros antepasados. Esos días son contados, no por días, por minutos, porque cada minuto, cada hora es una tortura".
Estos cristianos, recordó, vivieron "todos juntos, sucios, sin comida, sin agua, con calor, con frio, y esto durante tanto tiempo".