El 30 de abril del 2000, San Juan Pablo II determinó que cada primer domingo después de Pascua se celebre el “Domingo de la Divina Misericordia”.
Se trata de una celebración centrada en la imagen de la Divina Misericordia, cuya pintura fue realizada de acuerdo a la descripción ofrecida por la santa polaca Faustina Kowalska, y que actualmente se encuentra en muchas iglesias alrededor del mundo.
En su diario, Santa Faustina escribió en febrero de 1931: “Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena del temor, pero también de una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: ‘Pinta una imagen según el modelo que vez, y firma: Jesús, en Ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero’”.