El teólogo y filósofo Fernando Ocáriz señaló que la tarea de evangelizar no se opone al ecumenismo y que por lo tanto "no puede ser considerado reprobable acompañar mediante el testimonio y el anuncio de la propia fe el camino de los cristianos no católicos que libremente desean la plena incorporación a la Iglesia".
Al comentar el reciente documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe: "Nota doctrinal sobe algunos aspectos de la evangelización", Ocáriz aclara que "la relación entre evangelización y ecumenismo se manifiesta antes que nada en la oración de Jesús al Padre por la unidad de sus discípulos, propia de la fecundidad de la misión evangelizadora: 'para que el mundo crea' (Jn 17, 21). La división de hecho 'daña la santísima causa de la predicación'. Pero en la relación entre evangelización y unidad hay además otro aspecto, por decir de alguna forma, simétrico: la evangelización para favorecer que se alcance la unidad de los cristianos".
En un artículo titulado "La misión no contradice el esfuerzo ecuménico" publicado en L'Osservatore Romano, Ocáriz sale al paso de quienes critican la evangelización y la intentan igualar al proselitismo. En él explicó que "la universalidad de la misión de la iglesia comporta que nadie sea excluido de su horizonte apostólico. Por ellos, la misión ad gentes, en el sentido amplio es también evangelización de toda la actividad de refuerzo de la fe y la vida sacramental de los fieles católicos, es decir con la actividad pastoral (de los pastores en resguardo de los fieles), o con la multiforme ayuda apostólica que los fieles se prestan los unos a los otros".