En septiembre de 2019, el Tribunal Superior de Quebec determinó que el requisito de que una persona que recibe MAID tenga una "muerte natural razonablemente previsible" era inconstitucional. Más tarde, el gobierno canadiense anunció que no tiene la intención de apelar esta decisión, y en febrero de 2020 se introdujo una legislación titulada Bill C-7 para ampliar aún más los criterios de MAID.
El Cardenal Thomas Collins, Arzobispo de Toronto, emitió una declaración en febrero criticando al proyecto de ley C-7 por ampliar los criterios para MAID sin ampliar la disponibilidad de cuidados paliativos.
"¿Dónde está la voluntad política para impulsar los cuidados paliativos para todos los canadienses? Solo el 30% de los canadienses tiene acceso a cuidados paliativos de calidad, aunque sabemos que el dolor y la soledad se encuentran entre los mayores temores de quienes sufren. Los cuidados paliativos pueden abordar estos problemas", dijo el Cardenal Collins.
"Si todos los canadienses tuvieran acceso a cuidados paliativos de calidad, menos buscarían una inyección letal. Pero en lugar de desarrollar una cultura general de atención, nos precipitamos hacia la muerte a pedido", dijo, y agregó que los médicos se verán obligados a cumplir con las solicitudes de eutanasia ya que Canadá no tiene protecciones de derechos de conciencia para los profesionales médicos.