Al finalizar la multitudinaria Eucaristía que presidió en la explanada del Santuario de la Virgen de Fátima, el Papa Benedicto XVI alentó a los enfermos presentes, y con ellos a los de todo el mundo, a sufrir con Jesús, quien da sentido pleno al dolor, y ser así "redentores en el Redentor" colaborando en la salvación de los hermanos.
En sus palabras previas a la bendición que realizó con el Santísimo Sacramento en la columnata norte del Santuario en donde lo esperaban cientos de enfermos, el Santo Padre recordó a cada uno de quienes sufren alguna aflicción corporal el gran valor que tienen, tanto así que Dios se hizo hombre en Cristo para sufrir.
"Con esta esperanza en el corazón, podrás salir de las arenas movedizas de la dolencia y de la muerte para ponerte de pie sobre la roca firma del amor divino. En otras palabras: podrás superar la sensación de inutilidad del sufrimiento que desgasta a la persona dentro de sí misma y la hace sentirse un peso para los otros, cuando en verdad el sufrimiento, vivido con Jesús, sirve para la salvación de los hermanos", explicó el Papa.