Al dirigirse ayer por la tarde a los enfermos y al personal sanitario de la Casa Sollievo della Sofferenza (Casa Alivio del Sufrimiento), el hospital que fundó Padre Pío en 1956, el Papa Benedicto XVI resaltó que el sufrimiento se transforma y enaltece cuando éste es vivido en cercanía a Dios.
Hablando de la enfermedad, el Papa explicó que "se manifiesta en muchas formas y golpea de maneras diferentes, suscita preguntas inquietantes: ¿por qué sufrimos? ¿Puede considerarse positiva la experiencia del dolor? ¿Quién nos puede liberar del sufrimiento y de la muerte? Interrogantes existenciales, que la mayoría de las veces no encuentran una respuesta humana, dado que el sufrimiento constituye un enigma inescrutable para la razón".
Tras resaltar que "el sufrimiento forma parte del misterio mismo de la persona humana", el Santo Padre observó que "ciertamente debemos hacer todo lo posible para que disminuya el sufrimiento, pero eliminarlo del mundo por completo no está en nuestras manos, simplemente porque (...) ninguno de nosotros es capaz de eliminar el poder del mal, (...) fuente continua de sufrimiento".