Cuando "se acumula el pecado se pierde la capacidad de reaccionar y uno comienza a degradarse", advirtió el Papa Francisco en la Casa Santa Marta, donde llamó a los fieles a preguntarse si son corruptos como Babilonia o distraídos como Jerusalén, que no se sentía "necesitada de salvación"; asimismo, los exhortó a no dejarse "asustar por los paganos", porque ellos "tienen su tiempo".
En su homilía de este jueves, el Santo Padre reflexionó sobre Babilonia y Jerusalén, ciudades de las que hablan la Primera Lectura tomada del Apocalipsis y del Evangelio de San Lucas para llamar la atención sobre el fin del mundo.
Francisco señaló que ambas ciudades caen porque "no han acogido al Señor", se han alejado de Él; sin embargo, la caída de cada una "se produce por motivos diferentes".