Al presidir las primeras vísperas del tiempo de Adviento, el Papa Benedicto XVI explicó su significado de auténtica espera, a la vez activa, en la que se busca a Cristo, porque con Él toda vida humana cobra verdadero sentido “aún cuando los demás ya no pueden asegurarnos ningún apoyo, aún cuando el presente se vuelve fatigoso”.
Al iniciar su homilía de ayer por la tarde en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre explicó que Adviento proviene de la palabra latina adventus, que “puede traducirse con ‘presencia’, ‘llegada’, ‘venida’”. “Con la palabra adventus se quería decir sustancialmente: Dios está aquí, no se ha retirado del mundo, no nos ha dejado solos. Aunque no lo podamos ver y tocar, como sucede con las realidades sensibles, Él está aquí y viene a visitarnos de múltiples formas”, dijo el Pontífice.
Entonces, prosiguió el Papa, “el significado de la expresión ‘adviento’ comprende, por lo tanto, también el de ‘visitatio’, que quiere decir simple y propiamente ‘visita’. En este caso, se trata de una visita de Dios: Él entra en mi vida y quiere dirigirse a mí. Todos experimentamos, en la existencia cotidiana, tener poco tiempo para el Señor y poco tiempo también para nosotros. Se acaba siendo absorbidos por el ‘quehacer’”.