La Conferencia Episcopal Peruana (CEP), llamó a los peruanos a fortalecer su cristianismo en este Año de la Fe para proyectarlo en el país, porque “una sociedad que legisle, gobierne, juzgue, eduque y actúe de acuerdo a la voluntad del Creador sobre la creatura –el mundo y la humanidad– a la que Él da vida, es una sociedad con cimientos indestructibles”.

En su mensaje al final de su Asamblea General, la CEP aseguró que en una sociedad con los ojos puestos en Dios progresan “todos sus miembros, y multiplicarán sus posibilidades por la fuerza de la solidaridad en la que se reconocen y con la que interactúan, fruto y reflejo del Creador y Dador de la vida, que es comunidad de Tres en la unidad de su recíproco amor”.

Los obispos advirtieron que en la actualidad proclamar la fe en Jesucristo “es algo tan urgente como necesario, a la vista de los grandes desafíos que afrontamos en esta época, y porque estamos inmersos en una crisis de fe que no sólo dificulta la solución de los problemas humanos sino que los agrava”.

“Pero esto no resulta tan claro para muchos de nuestros contemporáneos. Hay quienes no sólo lo desconocen (a Cristo) o lo ponen en duda sino que lo rechazan. Con la creciente globalización de toda suerte de ideas, experiencias y comportamientos, también va haciéndose lamentablemente común y ‘normal’ el prescindir de Dios y de su manifestación en Jesucristo para definir la vida personal y la organización de la sociedad”, señalaron.

Los obispos advirtieron que los católicos también pueden “quedar afectados por el ambiente de increencia que nos envuelve. En consecuencia, recibamos la propuesta de este Año de la fe como ‘una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo’”.

La CEP afirmó que con personas que viven según Dios “el mundo tiene futuro. Un futuro que no es capaz de impedir ni siquiera la muerte”, pues es “el temor a perder” lo material como si no hubiera nada más allá de la muerte “es lo que ocasiona tanta violencia y sufrimiento”.

Por ello, alentó a trabajar en la viña del Señor “para que nadie pase hambre ni sed, para que nadie se pierda lejos de su Casa, sin Él”. “La fe se agranda cuando se comparte”, afirmó.

“Dios se ha dado a conocer en su Hijo hecho hombre, Jesucristo; y hoy se hace presente al mundo en la humanidad visible de la Iglesia que formamos nosotros, sus discípulos. Para que así sea, para que no seamos estorbo que impida encontrarle a quienes le andan buscando, oremos unos por otros y vivamos como Iglesia profundizando en el conocimiento de nuestra fe, bebiendo en la fuente de los sacramentos, ayudándonos a permanecer unidos en Jesucristo”, indicaron.

Los obispos aseguraron que de esta forma las personas encontrarán a Dios “en nosotros cuantos se nos acerquen, así como muchos lo encontraron en nuestros queridos santos peruanos, para gloria de Dios y alegría de la humanidad”.