Un acto de vandalismo seguido de disculpas y un momento de reconciliación. Es lo que ha sucedido en Qara, en la diócesis de Homs al oeste de Siria, donde el 19 de noviembre fue profanada la antigua iglesia de los Santos Sergio y Baco, del siglo VI.

Según señala la agencia vaticana Fides, los vándalos robaron más de 20 iconos del siglo XVIII y XIX, manuscritos antiguos y vestimentas. También profanaron el altar y trataron de robar un famoso fresco del siglo XII, la "Madonna de la leche". Al tratar de arrancarlo de la pared lo dañaron, dejando dos cortes en la imagen de la Virgen.

Tan pronto como se difundió la noticia en Qara, una ciudad bajo el control total de la oposición siria, se vio una cadena de solidaridad en todas las comunidades.

Los jefes de familia, líderes tribales, líderes musulmanes y de otras confesiones han visitado la iglesia para mostrar su solidaridad al sacerdote griego católico Georges Luis que, con un sacerdote griego-ortodoxo, continúa celebrando Misa para las pocas familias cristianas de Qara, teniendo encendida la llama de la fe.

El Patriarca griego-ortodoxo Ignacio IV Hazim y el Patriarca griego-católico Gregorios III Laham ha sido informados y han exhortado tanto al gobierno como a la oposición para que garanticen la seguridad en el país que, como han dicho, "se está sumiendo en el caos", dado los actos de bandidaje, secuestros, asaltos, masacres, bombardeos de zonas residenciales.

Los fieles cristianos y musulmanes de Qara se han reunido en vigilias de oración. Ayer, 21 de noviembre, fiesta de la Presentación de la Virgen en el templo, sucedió algo que la comunidad local definió como "un milagro".

De mañana, un camión con hombres enmascarados se detuvo ante la iglesia. El grupo pidió reunirse con el padre Georges. Según informó a Fides el sacerdote, los hombres le dijeron que "no nos parece bien lo que han hecho nuestros compañeros. Le rogamos que nos perdonen. Somos una comunidad, un pueblo, una nación. Vuestra seguridad es la nuestra. Estáis bajo nuestra responsabilidad".

La mayor parte de los objetos robados –que de lo contrario estaban destinados al mercado de contrabando– han sido restituidos ante la alegría y el alivio de todos.

El Padre Georges sirvió café arábigo a los hombres y muchas otras personas del barrio se han unido al momento de compartir. Un final marcado por la reconciliación que el movimiento local "Mussalaha" felicitó.